Stop. Florentino Pérez no es ningún tonto a las tres. Los avisos al presidente del Real Madrid llegan altos y claros: lo de Gareth Bale no es mala suerte. Hay más.
Las lesiones azotan al galés hasta el punto de que en el Real la idea de que Gareth es un ‘jugador de cristal’ se impone.
El mandatario no tomará ninguna decisión precipitada: la venta de Bale esta temporada está descartas. Pero sí fija un ultimátum que pone al Madrid patas arriba: si los problemas físicos del crack persisten, cerrará su venta el próximo curso.