El luxemburgués elimina al español en el pulso más kilométrico de esta edición, tras un último set de más de dos horas
Un combate héroico. Una remontada épica. Un quinto set agónico. Todo Rafa Nadal, que lucho hasta la extenuación y sale de Wimbledon por la puerta grande, aclamado por el público y con argumentos para redondear todavía un año más que notable.
Después de un desenlace kilométrico, prolongado porque ninguno de los dos cedía, Gilles Müller apeó a Rafael Nadal en los octavos de final de Wimbledon.
El luxemburgués, que ya había derrotado al español en Londres 11 años atrás, en 2005, impuso su contundencia e interrumpió la secuencia triunfal del español, que aterrizó en el pulso habiendo ganado los 28 últimos sets en los Grand Slams.
El 6-3, 6-4, 3-6, 4-6 y 15-13 se prolongó durante 4h 48m y se convirtió en el choque más largo del torneo –también el más largo que ha jugado nunca Nadal–, conduciendo a Müller directamente hacia un cruce con Marin Cilic, que derrotó a Roberto Bautista sin paliativos: triple 6-2, en 1h 41m.