Desde el Atlántico

Carlos Ruiz

Algo no encaja en lo de las cajas

La privatización de las Cajas constituye uno de los mayores escándalos de la historia española. Máxime cuando esa decisión se toma por un gobierno socialista. Hay muchas cosas que no encajan en esto de las cajas… ¿o sí?

Lo que el gobierno de Rodríguez pretende hacer con las Cajas recuerda a otro gran expolio, la “desamortización”, como han denunciado ya varias voces. Fue la “desamortización” el primer gran escándalo político-económico de la historia reciente española. Sospechosamente se reprodujo casi simultáneamente en la mayoría de los países europeos. La “desamortización” de la primera mitad del siglo XIX en España fue obra de dos políticos “progresistas”: Mendizábal (financiero de Cádiz) y Madoz. Consistió, básicamente, en expropiar los bienes de las órdenes religiosas y los ayuntamientos para venderlos, a precio de saldo, a gente que apoyaba al gobierno que llevó a cabo el expolio.

Las Cajas de ahorro son un tipo de entidad financiera dirigida a las clases sociales más humildes. No son un invento español y existen en otros países europeos. La clave era que al ser entidades benéficas, no tenían propietarios particulares ni accionistas y, por tanto, al no tener que repartir dividendos podían ofrecer sus productos financieros a mejor precio. Además, en su origen se especializaron en operaciones de crédito de pequeña cuantía, cuyos destinatarios eran las personas de origen humilde o las pequeñas empresas. Un antecedente de los famosos “micro-créditos”. Una parte de los beneficios, dado que no se repartían dividendos, se empleaba en la “obra social”. Este mecenazgo ha sido importantísimo para la cultura española.

Ahora, el gobierno socialista quiere acabar con las cajas con el argumento de que su situación es mala. Pero hay demasiadas cosas que no encajan. No me refiero a que el mismo Rodríguez que se ufanaba en Nueva York de que teníamos el sistema financiero “más sólido” ahora quiera acabar con las cajas por su supuesta falta de solidez. No encaja que para la supervivencia de las Cajas se les exija que cuenten con más liquidez de la que se exige a los bancos (¿no vulnera esto el derecho a la igualdad?). No encaja que un gobierno socialista quiera acabar con las entidades de crédito para las clases más desfavorecidas. No encaja que el futuro de las Cajas pase porque los españoles paguemos el agujero y luego sean vendidas a los bancos que siguen teniendo beneficios. Pero si recordamos el apoyo constante de Don Emilio Botín a Zapatero…, quizás todo sí encaje.

NOTA:
Este artículo fue publicado en el diario ABC, en su edición de Galicia, el día 5 de febrero de 2011.

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Autor

Carlos Ruiz Miguel

Catedrático de Derecho Constitucional Director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental Universidad de Santiago de Compostela

Carlos Ruiz Miguel

Catedrático de Derecho Constitucional
Director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental
Universidad de Santiago de Compostela

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