El ministro marroquí del interior, Taieb Cherkaui, comunicó un día después del «referéndum constitucional» del día 1 de julio los resultados provisionales del mismo: un 98’5 % de síes. Y esto nos lleva a una reflexión: por mucho que algunos quieran confundir sus deseos con la realidad, el majzen no cambia, ni en el fondo, ni en las formas. Un análisis retrospectivo nos permite hacer este juicio.
Cuando alcanzó su independencia, en 1956, Marruecos no tenía Constitución. Es un país que ya nació siendo una monarquía absoluta. Sin embargo, unos años después, en 1962, las necesidades de apoyo exterior obligaron al majzen a diseñar unas operaciones de «reforma» que, monótonamente, se han ido repitiendo. Cada ciertos años, los mismos que alababan el carácter «reformista» del majzen, volvían a alabarlo cuando se anunciaban «reformas» que ponían en evidencia que el régimen, hasta entonces, no había reformado en realidad nada. Y así sucesivamente.
Y todas estas operaciones se llevaron a cabo mediante «referéndums» cuya limpieza dejaba mucho que desear y cuyos resultados son casi miméticos.
Recordemos algunos datos que nos ofece la prensa marroquí.
1. Referéndum sobre la «Constitución» de 1962:
97’50 de síes
2. Referéndum sobre la «Constitución» de 1970:
98’70 de síes
3. Referéndum sobre la «Constitución» de 1980:
99’74 de síes
4. Referéndum sobre la «Constitución» de 1992:
99’98 de síes
5. Referéndum sobre la «Constitución» de 1996:
99’56 de síes
6. Referéndum sobre la «Constitución» de 2011:
98’50 de síes
Mientras siga en el poder la dinastía alauita, esa que, según algunos, es quien debe realizar los «cambios» podremos seguir con esta serie de cifras de resultado de votos favorables. Y seguiremos viendo cómo antes y después, se seguirán alabando las «reformas» que hace el majzen.
