Iberdrola Renovables, un año después y a mitad de precio, sí tiene atractivo

(PD).- Se cumple el primer aniversario de la salida a bolsa de Iberdrola Renovables. Entonces, muchos criticaron el alto precio de la colocación. Ahora, tras una caída del 49%, los Analistas sí apuestan por la subida de la acción. Jueves 13 de diciembre a mediodía.

Menos de media hora después de empezar a cotizar, los títulos de Iberdrola Renovables caen un 6% respecto a los 5,3 euros a los que se vendieron. «El día no es muy adecuado» -el Ibex 35 cae un 2 por ciento-, se excusa Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, que mantiene la esperanza.

«Puede mejorar tras la apertura de Wall Street; hemos escuchado a los bancos de inversión y hemos puesto un precio atractivo», advierte.

Explica T. Monge en El Economista que el precio, visto un año después, no parecía tan «atractivo». Renovables llega a su primer aniversario en bolsa cotizando a 2,69 euros por acción, un descenso del 49,24 por ciento frente al precio de salida.

Pero, aunque con doce meses de retraso, Sánchez Galán tenía parte de razón. Estados Unidos puede ayudar a solucionarlo: los expertos esperan que Renovables sea una de las grandes beneficiadas de los planes del nuevo presidente, Barack Obama, para impulsar la generación de energías renovables en la primera economía del mundo.

Renovables: objetivo conseguido

El salto al parqué de Iberdrola Renovables tenía un objetivo claro: conseguir dinero en efectivo con el que liquidar la deuda de la compañía -la mayor parte de ella con su propia matriz-. Y en ese sentido, fue un éxito rotundo: la empresa recaudó 4.500 millones de euros. Un botín que eliminó por completo el endeudamiento y dejó a la compañía en una situación envidiable para afrontar la puesta en marcha de su ambicioso plan estratégico: cada año y hasta 2012, Renovables tiene previsto poner en funcionamiento 2.000 nuevos megawatios de capacidad de generación eólica. En los nueve primeros meses de 2008, han empezado a girar las aspas de 1.389 megawatios, y la capacidad total de la compañía es de 8.487 megawatios. Si se cumplen las previsiones del plan estratégico, Renovables contará en 2012 con una capacidad de alrededor de 17.000 megawatios. De acuerdo con los datos recogidos por FactSet, la deuda para entonces habrá superado los 10.000 millones de euros.

Pero, en realidad, los analistas -o más bien los pocos de entre ellos que pudieron dar su opinión libremente desde el principio, ya que sus bancos no participaron en la colocación-, no desconfiaban del plan de negocio. Su gran preocupación era el precio de salida -ver información adjunta-. A 5,3 euros por título, aseguraban firmas como Fortis o InverSeguros, la cotización apenas tenía recorrido al alza, si es que lo tenía.

Demasiado ‘viento’

Y no les faltó razón. Aunque en sus primeros pasos en los parqués la cotización llegó a superar los 6 euros, impulsada en parte por la demanda de los grandes fondos especializados en energías limpias, para mediados de febrero sus títulos ya merodeaban los cuatro euros.

Por si fuera poco, en los últimos meses, con el desplome de la renta variable mundial, Renovables se ha encontrado con un viento demasiado fuerte como para que sus molinos funcionen en bolsa. Desde el día del debut de la compañía, el Ibex 35 ha perdido un 43,4 por ciento de su valor. Y el sector de las energías limpias ha sido uno de los más castigados.

El índice Erix -que reúne a las principales compañías europeas dedicadas a la genración de energía eólica, hidráulica, solar, geotermal y también con biomasa, y en el que están incluidas la propia Renovables y Gamesa- ha caído más de un 60 por ciento en ese mismo periodo, y compañías como Eolia se han visto obligadas a aplazar sine die su proceso de salida a bolsa, prevista inicialmente para 2008.

Un ejecutivo de un banco de inversión extranjero explica que buena parte de esta caída se debe a que «hace dos años, en los mercados se valoraba al mismo precio el megawatio de capacidad instalada y el de capacidad proyectada». «Ahora -añade-, la capacidad instalada se sigue pagando bien, genera ingresos recurrentes y con buenos márgenes, pero ya no se paga nada por el megawatio de capacidad proyectada».

Es uno más de los efectos colaterales de la crisis del crédito. La puesta en marcha de los proyectos licitados supone una inversión fortísima, al menos un millón de euros por megawatio de media, de acuerdo con la estimación de un ejecutivo de una firma rival, y por lo general las eléctricas recurrían a la financiación bancaria para pagar el 85 y hasta el 90 por ciento de esa inversión. Ahora el acceso a esos créditos se ha vuelto mucho más complicado, y eso ha puesto en duda los planes de expansión de muchas de estas empresas.

Revisión del plan estratégico

La propia Iberdrola Renovables revisará con lupa los suyos. Sánchez Galán señaló en la presentación de resultados del tercer trimestre que, en el futuro inmediato, la compañía estudiará cada uno de los proyectos que tiene en cartera, para renunciar a aquellos que pudieran resultar poco rentables. De momento, no parece que eso vaya a traducirse en un recorte significativo de los megawatios de capacidad que entrarán en funcionamiento en los próximos ejercicios y fuentes oficiales de la propia Renovables aseguran que «los inversores están valorando positivamente esta decisión».

En cualquier caso, las estrecheces de los mercados de capitales, al menos de momento, no han obligado a Renovables a levantar el pie del acelerador. Entre enero y septiembre, la filial de Iberdrola ha invertido más de 2.000 millones de euros. Y aunque la propia compañía reconoce que el coste de la financiación se ha incrementado en los últimos meses, asegura que siguen pudiendo contratar préstamos con relativa facilidad.

Fuentes del sector señalan que en un entorno en el que el dinero ha dejado de fluir con la misma intensidad que hace unos trimestres, el sector de las energías renovables ha sido uno de los menos perjudicados: sus ingresos son recurrentes, regulados y, además, con márgenes muy altos.

El de la financiación no es el único obstáculo que se han encontrado las renovables en los parqués. El desplome del petróleo, que ha caído un 68 por ciento desde su máximo histórico de 147,5 dólares por barril en julio, tampoco ha sido de mucha ayuda.

La energía eólica se veía como una de las principales alternativas a la generación térmica, cuyo coste ascendía a un ritmo vertiginoso. Pero si ese coste se recortaba, el atractivo del viento como fuente de energía sería menor.

Impulso estatal

El ritmo de licitaciones de campos eólicos, sin embargo, parece estar lejos de frenarse. En Europa sigue adelante la conocida como «directiva 20/20»: en el año 2020 el 20 por ciento de la energía que se consuma en la Unión Europea deberá proceder de fuentes renovables.

En Reino Unido, otro de los mercados principales en los que opera la filial verde de Iberdrola, el objetivo de la política de Renewables Obligations -la obligación que se impone al sector eléctrico de generar un porcentaje mínimo de energía con tecnologías limpias- es llegar al 10,5 por ciento en 2012. Al cierre de 2007, el porcentaje exigido era inferior al 7 por ciento.

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