Incluyendo los trabajadores afectados por los ERTE

España 8,5 millones: la tasa de paro subirá al 34% en junio de 2020

La cifra total de parados llegara los 8,5 millones, lo que es un máximo histórico sin precedentes

España 8,5 millones: la tasa de paro subirá al 34% en junio de 2020

Dan miedo las cifras. Son números de Gran Depresión, casi de hambre.

Y difícil va a ser que lo aguante Gobierno alguno, ni siquiera uno tan tramposo y marrullero como el que forman PSOE y Podemos, porque la cifra total de parados llegara en junio de 2020 a los 8,5 millones, lo que es un máximo histórico sin precedentes en España.

La crisis sanitaria continúa haciendo estragos en la economía y, en el caso de España, el impacto es un castigo para el mercado laboral que se aventura sin precedentes.

Tanto es así, que la tasa de paro escalará hasta el 34% de la población activa el próximo mes de junio, si tenemos en cuenta a los trabajadores que se verán afectados por un expediente de regulación temporal de empleo (Erte): algo más de cuatro millones de empleados.

Dicha cifra, no obstante se situará en el 20% de desempleo sin tener en cuenta a estos últimos, lo cual dejará de igual manera la mayor proporción de demandantes de empleo desde el primer trimestre de 2013, cuando la tasa ascendió al 27% de paro.

Tal y como confirman desde Funcas a Gonzalo Valverde de Él Economista’ este 28 de abril, el «verdadero impacto» de la crisis sanitaria en el mercado laboral no se podrá apreciar hasta el segundo trimestre y el tercer trimestre de este año, cuando además se prevé obtener una foto más fidedigna de la pérdida de empleo habiéndose aclarado ya el volumen de contratación veraniega.

«La erosión en el mercado laboral se podrá apreciar con claridad en la EPA del segundo trimestre», aseguran desde la fundación explicando que de las cifras que hoy publique el INE acerca de la situación el empleo solo recogen el impacto de la pandemia en dos semanas, «las dos últimas de marzo» que es cuando se hace el balance del trimestre.

Lo que se puede esperar de la radiografía del primer trimestre son solo los primeros estragos del parón productivo llevado a cabo como parte del estado de alarma implantado por el Gobierno socialcomunista para combatir el Covid-19.

Así, según las proyecciones de Funcas, la tasa de paro se situará en la media de estos primeros tres meses al borde del 15% de la población activa, cifra que subiría al 17,2% si se tienen en cuenta a los trabajadores en Erte.

Para el segundo trimestre, como se ha mencionado, la tasa de paro oscilaría en el 20% sin contar a implicados en Erte, mientras que en el tercer trimestre el volumen de desempleados sería del 20,4% en el registro ordinario y del 23,8% teniendo en cuenta a estos empleos. En los últimos tres meses del año, la tasa de paro sería del 20,5% y del 22,4% asumiendo que estos trabajadores no regresasen al mercado laboral.

Sangría de empleos en 45 días

Estos valores, más allá, se desprenden de la devastadora tendencia registrada por el empleo en España en el último mes y medio. Según los cálculos de Funcas, la sangría de afiliaciones desde el pasado 13 de marzo hasta el último día de abril será de 1,2 millones de puestos de trabajo destruidos.

Paralelamente, para este 30 de abril, ya habrá registrados en el SEPE más de 4 millones de trabajadores afectados por un Erte.

En este sentido, como ya avanzó este periódico, la debacle para el empleo se agrava en abril. Si a principios del pasado mes de marzo la Seguridad Social contabilizaba en torno a los 19,2 millones de afiliados, cerrará este mes de abril en la cota de los 18 millones de cotizantes.

Mientras, el número de parados, que se situó a principios del mes de marzo en los 3,2 millones de personas, a lo que habría que sumar los 1,2 millones de empleos destruidos -si bien no que en su totalidad se espera acudan al SEPE a solicitar las prestación por desempleo- de modo que a finales del mes de abril la lista de solicitantes de empleo ascendería a los 4,5 millones de personas.

La pasada semana se pronunciaba la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz asegurando que «lo peor ya ha pasado» en cuanto a destrucción de empleo aunque «quedan días duros», en referencia a los datos catastróficos que aún arrojará el mercado laboral en abril.

España tardará cuatro años en volver a los niveles de PIB y empleo precrisis

Sin embargo, ni siquiera el mes de abril referirá todos los golpes asestados al mercado laboral.

En este sentido, 450.000 contratos tendrían que haberse efectuado entre los meses de marzo y junio, en su inmensa mayoría para actividades relacionadas con el turismo y la hostelería, y que como consecuencia de la situación actual no solo en nuestro país, sino en el conjunto de Europa y el mundo, no se llevarán a término ante el desplome de la demanda previsto para este verano.

«Hay que señalar que el impacto sobre el empleo no se limita a la destrucción de puestos de trabajo previamente existentes, sino que a estos habría que añadir las contrataciones de temporada que de forma habitual se realizan en el mes de marzo y que este año no se habrán realizado», apuntan desde Funcas.

En este sentido, si tanto las previsiones de esta fundación como las del propio Banco de España apuntan a un retroceso del PIB de hasta el 13% en los peores escenarios, algunos sectores específicos de actividad sufrirán un castigo aún más severo.

En concreto, estima que el sector más afectado es el de los servicios de alojamiento y restaurantes, que podría caer un 20% este año ante los desplomes de demanda y la incertidumbre sobre cuando se podrá reanuda el servicio, seguido de la construcción (-5%) e industria manufacturera (-4,7%). Por el contrario, solo agricultura, industrias extractivas y energéticas, y Administración Pública, sanidad y educación, mantendrían un nivel de PIB similar al anterior a la crisis sanitaria.

¿Por qué los ERTE no restan a la ocupación?

El Gobierno está ofreciendo durante esta crisis las cifras de evolución del mercado laboral excluyendo de todas las estadísticas a los trabajadores afectados por Erte.

La explicación de que estos no aparezcan en las listas de parados ni ocupados es su figura jurídica.

Este tipo de regulación de empleo, a diferencia del Ere no implica un despido de los trabajadores.

De hecho, el empresario adquiere una suerte de compromiso de que este trabajador volverá a su puesto una vez la compañía recupere la actividad necesaria, siendo además garantía la cuota que el empresario sigue abonando a la Seguridad Social por cada trabajador incluido en el Erte, si bien este último coste se ha bonificado en la actual crisis sanitaria del coronavirus.

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