Beneficios del consumo de productos ecológicos, ¿sí o no?

«El tema de hoy es de los que trae cola, entre otras cosas, porque teníamos pendiente tratarlo con cariño desde hace algún tiempo. Somos muchos los consumidores que nos preguntamos, ¿cuáles son los beneficios de un aceite de oliva ecológico? ¿En qué se diferencia un aceite ecológico de uno convencional? ¿Merece la pena comprar aceite de oliva ecológico? ¿Cómo saber si estamos comprando aceite ecológico de verdad?». Así me escribieron el otro día los amigos de Directo del Olivar, y como me ha parecido muy interesante lo que cuentan, lo comparto hoy aquí con ustedes y ya me contarán si coinciden con mi opinión. Allá vamos y a ellos, agradeciéndoles la colaboración, les damos hoy la palabra:

«Vamos a intentar tratar el asunto desde un punto de vista independiente y transparente. El consumo de productos ecológicos se ha incrementado de forma importante en los últimos años, tal y como muestran numerosos estudios oficiales del MAPAMA (Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente). Y como en todo, habrá detractores y defensores de esta tendencia. Por un lado, están los que piensan que esta moda del ecológico no aporta un beneficio real al consumidor y que no es más que una excusa para encarecer los productos. Por otro lado, están los que sí creen que hay una serie de beneficios reales, que según este estudio de caracterización del sector ecológico del MAPAMA, se pueden agrupar en estas siete motivaciones de compra:

1. Salud y seguridad alimentaria (percepción de más saludables y nutritivos).
2. Rechazo al uso de pesticidas, fertilizantes de síntesis, hormonas, aditivos, etc.
3. Producto de alta calidad, naturalidad, frescura, sabor.
4. Percepción de una producción respetuosa con el medio ambiente y el bienestar animal.
5. Percepción de mayor proximidad al campo, con origen conocido, auténtico, autóctono, tradicional.
6. Percepción de una caracterización del producto coherente con una determinada cultura o filosofía de vida.
7. Información sobre el producto

Todas las opiniones son muy respetables, pues encontramos numerosos estudios y artículos que tratan de respaldar a unos y a otros. Además, los enormes intereses económicos que subyacen por ambas partes, hacen difícil dar un veredicto claro. Lo que sí es un hecho, es que España es el principal productor y exportador de alimentos ecológicos de Europa, y sin embargo, estamos muy por detrás en cuanto a su consumo. Mientras que en Suiza el gasto per cápita es de 221 €, en España sólo tocamos a 21 € por persona al año en nuestra cesta de la compra de productos ecológicos…

Otro hecho que parece claro, y en el que casi todos coincidiremos, es que el principal detonante para iniciarse en el consumo de productos ecológicos es la edad. Sí amigos, la acumulación de juventud hace que nos replanteemos muchas cosas, y cuando los achaques aparecen, tendemos a preocuparnos más por nuestra salud y por lo que comemos. Según el perfil de los compradores ecológicos, su edad media es de unos 43 años, sin que exista una diferencia significativa de sexo (hombre o mujer).

El cultivo del olivar ocupa casi el 40% del total de la superficie de agricultura ecológica permanente (olivares, viñedos, frutales, etc.) de España, donde Andalucía es de lejos la región con más superficie ecológica cultivada. Y de los 1,5 millones de hectáreas de olivar de Andalucía, tan solo unos 80.000 son de cultivo ecológico, lo que representa en torno al 5%. Sin embargo, es verdad que este dato está creciendo de manera importante en los últimos años (en 2010 había 47.000 hectáreas), en parte por el aumento de la demanda de productos ecológicos y en parte porque muchos productores buscan un posicionamiento diferenciador respecto al aceite de oliva convencional, muy trillado y teóricamente con márgenes de venta más estrechos.

En líneas generales, la única diferencia entre un olivar ecológico y uno convencional, es precisamente la forma de cultivo. Mientras que en un olivar convencional se pueden utilizar ciertos productos químicos permitidos para aumentar su productividad y luchar contra plagas y enfermedades, en un olivar de cultivo ecológico, este tipo de productos químicos de síntesis están prohibidos. En su lugar, sólo se permite el uso de productos orgánicos (no sintéticos), ya sean como fertilizante (para nutrir la planta), como fungicida (para evitar enfermedades) o como plaguicida (para combatir plagas). Esto hace que inevitablemente disminuya la cantidad de aceitunas por árbol y aumenten los costes de laboreo y producción. Y lo cierto es que lo anterior, es la razón de que un buen aceite de oliva virgen extra ecológico, generalmente tenga un precio superior, en torno al 25% o más, comparado con un aceite de oliva virgen extra tradicional equivalente en calidad.

Y esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿existen diferencias de sabor y calidad entre un aceite ecológico y uno convencional? La respuesta es un no rotundo, aunque con matices. Como ya hemos analizado aquí en otras ocasiones, son muchos los factores que intervienen: la climatología, el entorno, el tipo de cultivo (secano vs regadío), la variedad y el estado de madurez de las aceitunas o el proceso de extracción, determinan su calidad, sabor y propiedades saludables, independientemente de que el cultivo sea ecológico o convencional.Es por ello, que el hecho de ser ecológico no es una garantía de que el aceite esté más bueno o sea mejor; hay que probar y comparar, ya que en principio nos podríamo encontrar de todo en ambos casos.

Ahora sí que llegamos a la madre del cordero: ¿existen diferencias en los residuos químicos que contienen un aceite ecológico y uno convencional? Pues a priori sí, pero la respuesta a esta pregunta es más delicada, ya que la cantidad de residuos químicos dependerá de cada olivar concreto, y del uso y abuso que se haga de productos de síntesis como abonos, pesticidas, etc. Lo cierto es que los análisis de multi-residuos que estamos obligados a realizar todos los productores en laboratorios certificados e independientes, nos sacan de dudas.

En resumen, a la luz de los resultados de sendas analíticas, podemos afirmar que ni el aceite ecológico ni el convencional que producimos contienen residuos químicos apreciables, de entre los más de 200 residuos analizados. Los más comunes suelen ser los provenientes de herbicidas (oxifluorfen) y plaguicidas (trifloxistrobina), aunque con niveles ciertamente insignificantes, próximos al umbral de indetectabilidad (0,01 mg/Kg). Insistimos, esto no se puede generalizar a todos los aceites de oliva, y ni mucho menos al resto de alimentos, ya que los residuos químicos están más presentes en alimentos con un mayor contenido en agua como pueden ser frutas, verduras, hortalizas, etc.

Bien, entonces ¿qué es lo que hace especial al aceite ecológico?, ¿cuáles son sus beneficios? y sobre todo, ¿por qué consumir aceite ecológico? El aceite de oliva ecológico se elabora a través de un proceso de extracción en frío combinado con técnicas que lo liberan del uso de productos químicos en su composición. Por tanto, estamos hablando de un aceite 100% orgánico, beneficioso para la salud y al mismo tiempo, mucho más respetuoso con el medio ambiente. Este es el primer punto determinante a la hora de decidir si consumimos o no el aceite de oliva ecológico. El hecho de estar libre de pesticidas u otros productos químicos, aporta al aceite de oliva ecológico la seguridad de poder librarnos de estos agentes tóxicos, que pueden llegar a ser dañinos para nuestro organismo. Pero si a estas razones, les sumamos el hecho de que cuidamos el entorno en el que vivimos, cerramos un ciclo mucho más respetuoso con el medio ambiente.

Una vez entendido esto, son varios los consumidores que nos preguntan: ¿cómo saber si el aceite ecológico que estamos comprando es auténtico? Y es que el fuerte aumento de la demanda y un precio de venta al público más elevado, provocan el incremento del fraude y la aparición de casos de este tipo, sobre todo durante la transformación y distribución del producto, que es donde se ha detectado a día de hoy la mayor parte del fraude.

En España, para que un producto se pueda vender como “ecológico, bío u orgánico”, debe pasar por un proceso de control y certificación oficial. Aquí, estas competencias para la certificación de los productos provenientes de la agricultura ecológica, están transferidas a las Comunidades Autónomas, que mediante los correspondientes organismos de control, definen el conjunto de estándares de producción tanto en cultivo, almacenaje, procesamiento, empaquetado y distribución, tales como:

• No se pueden utilizar organismos genéticamente modificados y elementos químicos de síntesis, tales como fertilizantes, pesticidas, antibióticos o aditivos.
• No se puede cultivar sobre suelos que hayan estado expuestos a estos agentes durante al menos los últimos 3 años.
• No se pueden compartir espacios físicos con productos convencionales durante el cultivo, almacenaje, procesamiento y empaquetado.
• Deben realizarse inspecciones periódicas in-situ.

Concretamente en Andalucía, los organismos oficiales de certificación ecológica son empresas privadas que tienen transferidas estas competencias por la Junta de Andalucía. En este sentido, es obligatorio que todos los productos certificados lleven el sello debidamente impreso en la etiqueta, pero ya se sabe que el papel lo aguanta todo, así que la única forma de estar seguro al 100% de que un producto cuenta con la certificación ecológica oficial, es solicitando al productor el correspondiente documento oficial.

En conclusión y para cerrar este artículo, es evidente que existen beneficios cuando consumimos aceite y productos ecológicos en general; el más claro de todos sin lugar a dudas, es un impacto más positivo sobre el medio ambiente, que se manifiesta a medio y largo plazo en dos aspectos clave para su sostenibilidad, tal y como rezamos en nuestra cooperativa ecológica:

1. La creación de una conciencia de cuidado del medio ambiente y el entorno natural, llevando consigo una mayor dedicación a las tareas agrícolas que garantiza la permanencia de la población en el medio rural.
2. La proliferación e incremento de la fauna y la flora, favoreciendo un equilibrio más natural dentro de nuestro medio de vida.

Por otro lado, un aceite de oliva ecológico con certificado oficial, nos da la seguridad de que nos estamos librando de residuos químicos apreciables, asunto especialmente delicado cuando sufrimos sensibilidad o intolerancias que nos pueden hacer enfermar. Es por ello que desde aquí, siempre animamos a informarse bien acerca de todo lo que compramos y comemos. Nada más, esperamos que el tiempo dedicado haya resultado interesante al menos para reflexionar sobre este asunto y sacar nuestras propias conclusiones… Por transparencia que no sea…».

Pues muchas gracias a Directo del Olivar por sus siempre útiles e interesantes informaciones sobre el aceite de oliva virgen extra (#aove).

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Autor

Juan Luis Recio

Blogger gastronómico y de tendencias, crítico de vinos (XL Semanal), letrista, sociólogo, mensista, poeta

Juan Luis Recio

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