



Menos conocida que otras grandes plazas de Europa, la Plaza de la Trinidad (Szentháromság tér) es una de las mejores plazas de Europa. Situada en la parte más alta de Buda está rodeada de edificios y monumentos históricos, como la Iglesia de Matías, el Castillo de Buda y el Bastión de los Pescadores. También hay una estatua icónica dedicada a la Santísima Trinidad que rinde homenaje a las víctimas de la peste bubónica de 1691 y otra más moderna, de 1906, de San Esteban frente al Bastión de los Pescadores obra de Alajos Stróbl. También está allí, en el número 6, la Casa del Vino Húngaro (Magyar Borok Háza) que representa la totalidad de las 22 regiones vinícolas del país y tiene botellas de unos 700 vinos diferentes. Muchos de ellos se pueden degustar por el precio de la entrada. Pero esto es solo el principio para descubrir la capital húngara, una ciudad vibrante y llena de encanto que dividida por el majestuoso Danubio, que se ilumina en otoño con festivales, balnearios y eventos junto al río.



