Esto es lo que hay

Miguel Ángel Violán

Dagar 3,2,1..och noll!

Regresé de Suecia vía Copenhaguen tras una complicada situación de las líneas ferroviarias que conectan ambos lados de la frontera derivada de labores de mantenimiento. En un avión repleto de visitantes nórdicos de la compañía Norwegian aterricé en Barcelona a media noche del viernes, ya sábado, cansado pero feliz.

He dejado atrás muchas vivencias e impresiones de mi primer viaje a Suecia. Y ayer, sábado, el día cero, realicé mi examen de lengua sueca nivel A2 en el Nordkiska Institut de la Gran Vía barcelonesa.

Desgraciadamente llegué un tanto cansado del viaje pero la prueba fue ciertamente sencilla, excepto la parte de comprensión auditiva donde tanto me cuesta todo a pesar de mis esfuerzos. Lástima de no haber llegado físicamente bien descansado pero estas fueron las circunstancias.

Pasada la prueba ya he comenzado a preparar el examen de B1 que realizaré en septiembre con la idea de hacer el de B2 en primavera de 2018.

Sopla ahora para mí viento de cola en este idioma. Ya he hecho mi travesía del desierto y ahora viene la fase de despegue acelerado basado en cimientos ya creados.

Observo, sin embargo, que fallo en la concordancia de los adjetivos, confundo palabras en y ett, se me hacen esquivos los verbos en tiempo pretérito y, por encima de todo, me cuesta mucho la discriminación auditiva.

Pero mi motivación se mantiene elevada y el próximo 27 de junio celebraré mi primer año de lengua sueca con gran satisfacción. Nunca me hubiera imaginado hace un año soltando los discursos cortos que ya suelto en sueci, aunque tienda en mis comentarios a focalizar más en el error que en el acierto. Así debe ser para la mejora continua.

De Suecia me llevo la impresión de un país moderno y delicado pero ciertamente no me ha deslumbrado. Mi referencia, Alemania, mantiene unos estándares muy altos. Observo, eso sí, un talante mucho más delicado en las relaciones humanas por parte de los suecos y algo menos en los daneses. La evitación del conflicto siempre como norte.

Identificar con precisión las diferencias culturales lleva su tiempo. En este campo me voy a meter en los próximos tiempos. De mi maleta ya he sacado un interesante aperitivo: el libro del autor británico Michael Booth «The almost nearly perfect people: behind the myth of the Scandinavian utopia».

Promete.

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Miguel Ángel Violán

Miguel Ángel Violán, Barcelonés. Periodista y escritor. Formador de comunicadores con millares de ex alumnos repartidos por toda España y Latinoamérica. Es doctorando en oratoria y conferenciante.

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