Me complace ir por la calle y fijar monotemas: ¿cuántos peatones van en patinete eléctrico? ¿cuántas mujeres fuman y cuántas no? ¿con cuántos mendigos me tropiezo? ¿cuántas personas evidencian cifosis dorsal? ¿cómo son los zapatos de la gente?…
La observación focalizada puede llegar a ser obsesiva pero aporta jugosos datos estadísticos a la vez que te hacer ver lo que de ordinario no percibes.
(Nos explicaba el profesor Carles Comas de ESADE que la cosmovisión es ver el mundo a través de un filtro. Ponía el ejemplo del adolescente motero que ve el mundo a través de las motos que se cruzan por su camino. Nunca olvidé este ejemplo del sabio profesor).