Dicen que el cuerpo tiene memoria. Así es. Lo estoy experimentando en mi propia carne…
Llevo cinco sesiones de yoga tras un año y medio sin práctica y emergen las tensiones musculares por doquier. Son como pequeñas dagas incrustadas de manera silente que, removidas, se hacen sentir a medida que son extirpadas.
Y qué decir de esos molestos brotes de tendinitis en los extremos de los hombros. Qué molestas son las tensiones cervicales. Cuán necesaria una gimnasia preventiva, un mantenimiento constante y minucioso.
(Una buena inserción para releer cuando vuelva a abandonar las buenas prácticas).