(PD/Agencias).- Érase una vez un joven sueco llamado Alex Vaggo cuyo sueño era convertirse en modelo y deslumbrar con su belleza desde las pasarelas más prestigiosas del mundo.
Este verano Alex Vaggo fue a pasar sus vacaciones a Estados Unidos para ver cómo está el tema del trabajo, y a falta de oportunidades de trabajar en lo suyo se metió a repartidor de pizzas.
Y con muy buena suerte, ya que logró que nada menos que Paris Hilton cayera rendida a sus pies. Se conocieron, como no podía ser de otra manera, en un night club de Los Ángeles y la atracción fue mutua.
En las pocas y exclusivas fotos que se han captado de la pareja, Alex está muy tostado por el sol, lleva el cabello largo, revuelto, y luce una mirada lánguida junto a la pizpireta rubia millonaria.
En Suecia, los amigos de Alex están que no se lo creen. Paris se ha encaprichado del guaperas y según The Sun hasta se lo ha presentado ya a sus papás. Y eso que entre sus amistades Alex es considerado un chico muy tímido y relajado. «Seguro que Paris le va a devorar crudo», comenta al diario británico su amigo Richard.
Incluso la mamá de Alex saca tajada desde la lejana Göteborg de la efímera fama de su hijo diciendo que siempre supo que el chico «logararía hacer algo extraordinario en su vida». Si es listo, aprovechará el encaprichamiento de Paris para salir mucho en las fotos y que alguien se acuerde de su sueño de convertirse en modelo.
