La infanta Elena es una mujer renovada tras su separación de Jaime de Marichalar. El 13 de mayo, se cumplieron seis meses del “cese temporal de la convivencia” de los duques de Lugo y la hija mayor de los Reyes está más feliz que nunca. Con una sonrisa permanente, doña Elena está centrada 100% en sus hijos, Froilán y Victoria; en su trabajo como profesora de inglés de la escuela infantil Micos; en cumplir con sus compromisos oficiales como miembro de la Familia Real y en retomar su carrera hípica.
Por este motivo, la duquesa de Lugo se ha vuelto inseparable de Felipe Zuleta, su instructor hípico, con el que todos los días se encuentra en el Club de Campo de Madrid para entrenar. Felipe es miembro del Cuarto Militar, al servicio de la Casa Real, y es hermano de José Zuleta, teniente coronel de caballería de la Guardia Real y adjunto a la secretaría del Príncipe, desde donde se ocupa de los asuntos de doña Letizia. Felizmente casado y sin hijos, el militar acompaña a doña Elena en todos los actos sociales, públicos o privados, que tienen que ver con la hípica. Buen ejemplo de ello es que, el pasado fin de semana, fueron espectadores de lujo del Concurso de Saltos Internacional Oficial de Madrid
Doña Elena entregó la copa de S. M. El Rey
Vestidos con indumentaria hípica, la hija de los Reyes y su instructor recorrieron el Club de Campo compartiendo confidencias. El militar se portó como todo un caballero con doña Elena y ella respondía con amabilidad a sus galanterías. Durante el recorrido, la Infanta y su amigo, cuya familia siempre ha estado muy ligada a la Casa Real, visitaron los diferentes “stands”, como el de “Hierro y Albero”, firma de moda española.
Ya por la tarde, la Infanta cambió su indumentaria hípica por una más elegante para, en compañía de su tía, la infanta Pilar de Borbón, entregar la copa de S. M. El Rey, que ganó la amazona Jill Henselwood.
