(PD).- Reino Unido echa de menos las emociones fuertes: desde hace meses se acumulan los rumores sobre un compromiso entre el príncipe Guillermo y su novia, Kate Middleton.
Pero si alguna vez la belleza morena fue elogiada como una segunda Diana por su carácter decidido, la prensa comienza ahora a volverse en su contra. Su relajado estilo de vida le ha valido el apodo de «Waity Katie», algo así como: Kate a la espera.
El mayor problema es que Middleton se encuentra oficialmente sin trabajo desde noviembre, cuando abandonó su puesto en la cadena de moda Jigsaw. A los británicos les choca que la joven de 26 años se entregue a fiestas y viajes de lujos en lugar de a un trabajo, y que el mayor esfuerzo que realiza en la semana se produzca en un gimnasio.
«Kate Middleclass (Kate ‘Clasemedia’) no hace nada, excepto festejar y disfrutar la vida a lo loco», criticó en una carta una lectora del dominical «Mail on Sunday». «Podrías hacer algo con tus estudios, pero en cambio sólo le demuestras a todo el mundo que no eres más que una joven vaga. Deberías avergonzarte», lamentó otra.
Incluso la reina Isabel II habría comenzó a presionar para que la joven encuentre un trabajo. Una futura reina no debería parecer en ningún caso «esquiva con el trabajo», según la disciplinada monarca de 82 años. Antes que «sentarse a esperar que Guillermo le pida la mano», Kate debería ponerse a trabajar, reclaman fuentes de palacio.
El entorno de Middleton rechaza las críticas: «Los titulares de ‘Waity-Katie’ parten de completos malentendidos», cita la revista rosa «Hello» a una amiga de Kate, según la cual la joven trabaja desde hace meses a tiempo completo en la empresa de su familia produciendo catálogos.
La frustración ante el estancamiento de Kate también está alimentada por cierta necesidad de una dosis de «kitsch» real. Desde hace meses, los príncipes sólo ofrecen a los titulares recias apariciones militares: Guillermo, de 26 años, se desplazó al Caribe para cooperar en la lucha contra el narcotráfico; su hermano menor, Harry, insistió en ir a luchar a Afganistán.
La crisis económica ha llegado a Reino Unido y amenaza con sumir el país en una recesión. Una boda pomposa serviría para sacar brillo, al menos durante un tiempo, al herido orgullo británico. Y para muchos ya sería el momento. A fin de cuentas, Kate y William llevan cinco años juntos, sin contar una breve separación el año pasado.
El diario «News of the World», sin embargo, frustó este fin de semana las esperanzas de sus lectores: el anuncio de un compromiso tardaría por lo menos 18 meses en llegar. Muchos confiaban en que la noticia se produjera estas navidades y que la boda pudiese celebrarse ya en primavera del año próximo.
Sea en primavera o dentro de algunos años, ya vuelven a circular los dedales de porcelana con el rostro de Kate. Aun cuando el año pasado hayan tenido que desecharse por un tiempo: cuando los rumores de compromiso alcanzaban su máxima intensidad, Kate y Guillermo se separaron.
