Desde que Andreu Buenafuente se despidió de la televisión tras finalizar su programa «Buenas noche y Buenafuente» le ha cambiado mucho la vida.
Hace apenas seis meses se convirtió en padre primerizo a los 47 años junto a la actriz y antigua compañera de trabajo Silvia Abril.
El padre confiesa que se encuentra muy ilusionado y que ve más difícil conseguir dormir a su pequeña que contar un monólogo.
En su vida profesional el humorista se encuentra con más proyectos que nunca ya que confiesa que el no salir en la tele le hace tener más tiempo para hacer más trabajos y que apenas tiene tiempo para él.
En estos momentos está preparando un nuevo proyecto televisivo con el que volver a la pequeña pantalla. Se comenta que podría ser el grupo Mediaset el que se encargaría de apoyar este proyecto y conseguir la vuelta del catalán a la televisión.
Mientras esto toma forma, Andreu se ha convertido en director de teatro para dirigir la obra «Nadie sabe Nada» junto a Gomaespuma, Guillermo Fesser y Juan Luis Cano, dos cómicos de toda la vida con los que Buenafuente cumple ese sueño que siempre tuvo de trabajar con ellos.
– ¿Qué te cuesta menos hacer monólogos o conseguir dormir a tu hija?
– Hacer monólogos, sin duda porque más o menos se como se hacen. Lo de dormir un niño es la cosa más difícil que se ha inventado en el mundo. El otro día lo pensé lo complicado que es eso. No solo eso, hacerle reír también me parece muy difícil. Es como si de repente toda tu carrera se reduce a un solo espectador y le arrancas una risa con la tontería más grande del mundo. Eso creo que es vida en estado puro.
– ¿Cómo llevas eso de poner pañales?
– Los pañales es otro trabajo que tengo. Bastante bien, al final tienes que adaptar tu vida a lo que la propia vida te va dando. Lo que veo como cómico es que se ha contado tanto acerca de los bebés y creo que se ha contado tan bien que no puedo aportar nada nuevo. Así que, me relajo, hago de padre y vive las cosas a tu manera porque no hace falta ya contarlas. Quiero disfrutar de mi hija porque se que es un momento mágico y cuando te pasa es tan rápido que hay que disfrutarlo. Me lo estoy pasando muy bien.
– ¿A quién se parece más a la madre o al padre?
– Se parece a todo el mundo lo cual no deja de inquietarme.
– ¿A qué dedicas tu tiempo libre?
– No tengo. Mi pasión es pintar y siempre que puedo intento hacer algo como forma de relax y desconexión. También te diré que me encanta trabajar porque manejo un trabajo muy bonito. Llevo unos días en búsqueda de talento y te aseguro que por muchos años que hayan pasado me sigue pareciendo emocionante esta búsqueda de poder quedar con gente que está empezando hace que para mi esto no sea trabajo, sino un tiempo libre muy reconfortante.
– Se ha hablado de que estabas negociando con Mediaset para tu próximo proyecto ¿qué hay de cierto en esta noticia?
– Nosotros estamos preparando un programa, podría decir que soy como el cantante que prepara su nuevo disco. Así estoy, preparando mi nuevo programa, buscando talentos, revisando lo que he hecho y luego viene la venta. En la fase venta, España no está como hace unos años y lo que hacemos es plantear nuestro proyecto a muchas cadenas. Con Mediaset hay un interés no traducido en oferta por lo tanto es absurdo hablar de ofertas porque no existen al menos para mí en este momento.
– ¿Echas de menos la televisión?
– Si, la echo mucho de menos porque me lo pasaba muy bien. En los últimos años me sentía muy maduro y la verdad es que tengo muchas ganas de volver a hacer televisión. A la que podamos armar algo con una coherencia y haya una cadena interesada yo estaría encantado. No estaría en una etapa de retroceso ni de cambio de tercio, ahora estoy en el tercio televisión.
– Los humoristas tenéis la mala fama de que sois más serios de lo que aparentáis en la televisión, en tu caso ¿se cumple?
– No, conmigo no suele pasar. Esa mala fama que se ha creado es fruto de la normalidad de la vida, actuar como cómico es hacer un personaje que no eres tú por lo que siempre que veas un cómico en la calle te va a defraudar porque tú lo recuerdas hablando muy rápido y diciendo cosas divertidas. Por la calle, no somos así, no puedo ir por la calle dando saltos porque ahí te convertirías en un idiota. Así que, cuando veas a un cómico serio por la calle piensa que es porque estás ante un tipo normal, alo mejor hay un cómico que en la vida privada es un «tonto a las tres» y que también los hay. Yo intento ser una persona normal que disfruta el cariño de la gente, nunca me ha molestado que me paren por la calle, me siento un privilegiado. Hay días que tengo un buen humor y otros malos, como todo el mundo así que si alguno te dice que me vio al natural y me defraudó, tiene razón.
– Eres un referente para los periodistas y para los humoristas ¿Cuáles son los tuyos?
– No me gusta ser referente, me gusta ser representante de un estilo de comunicación. No tengo referentes, me gusta la gente que escucha y que ama su oficio y por lo tanto puede transmitir ese amor también al espectador. He intentado andar por ese camino durante toda mi carrera y me gusta detectar eso en otros. No es muy fácil tener un referente ahora porque todo es muy provisional y acelerado, hay gente buscando las habichuelas pero cuesta referenciarte con alguien. A mi me gusta mucho Jordi Évole por conseguir un formato tan bueno. No me gusta hablar de grandes nombres porque creo que eso es un poco falso sino de gente que ama el oficio.
– ¿Te atreverías a hacer periodismo de investigación como «El Follonero»?
– No, no sirvo para eso, yo sirvo para quitar hierro a la actualidad.
– En Twitter te defines como comediante ¿siempre quisiste serlo?
– La verdad es que no. Entre a la comedia por tanteo. Yo era un chico joven sin carrera y autodidacta que se metió en la radio de casualidad y allí descubrí mi pasión. Empecé como periodista deportivo y pasé un tiempo allí donde hice mi oficio pero cuando pude generar un mundo propio de comedia muy tosca al principio me di cuenta de donde iba a estar cómodo. Allí me quede, fui perfeccionando, puliéndome y encontrando al Andreu cómico que había por ahí dentro.
– Has hablado de que tienes un proyecto en mente, ¿nos puedes adelantar algo sobre ello? ¿Es un formato distinto a lo que hemos visto?
– Es bastante distinto a lo que habéis visto en mis anteriores programas pero no esperéis que me tire por un trampolín, eso no lo voy a hacer, ni concursos porque soy un desastre en mecánicas. Creo que siempre hacemos lo mismo adaptado al momento. Solo diré que este lo estoy preparando con más detalle que todos los demás porque tengo más tiempo para ello y porque tengo esa inquietud personal de querer reinventar muchas cosas así que será mucho más periodístico que otros y me gustaría contar lo que está pasando en este país desde la comedia. Eso es muy fácil de decir y muy complicado de fabricar.
– ¿Qué nos vamos a encontrar en la obra que diriges «Nadie sabe Nada»?
– En «Nadie sabe Nada» os vais a poder encontrar la complicidad de hace tantos años de Gomaespuma transformada en espectáculo teatral. Es tan sencillo y tan complicado como eso. Es un formato teatral que se pone al servicio de cómicos que tienen cosas en común, las mismas vivencias y sobre todo mucha complicidad. Creo que Gomaespuma es la pareja perfecta. Yo en este proyecto soy como un «seleccionador» de contenidos, de vivencias y de inquietudes que comparten Guillermo y Juan Luis. Tengo que intentar que los contenidos estén presentes, a disposición de ellos y luego que el público pueda interactuar con estos cómicos. Más que una función teatral esto se convierte en un evento.
– Esta obra ya la habías hecho anteriormente con Berto Romero en Barcelona. ¿Por qué les elegiste a ellos? ¿Piensas que os asemejáis como pareja con ellos?
– Si, cuando trabajé con Berto en esta obra y que a pesar de la crisis que sufre el teatro nos fue muy bien. Un día de aquellos pensamos que esta obra podría hacerlo otra pareja de cómicos pero que era difícil elegir porque tenían que tener muchas cosas en común. Ahí nos dimos cuenta de que el dúo perfecto para hacer esto eran Guillermo Fesser y Juan Luis Cano.
– ¿Dónde te has dejado a Berto? Se hace raro no veros juntos
– Berto está con sus proyectos en solitario y está muy bien. Él ya había estado antes en el teatro, ya que, llevaba más de 15 años y ahí sigue en su teatro.
– Tu que ya te subiste al escenario con esta obra ¿Cuál es la función que recuerdas con más cariño?
– Es difícil elegir una porque todas eran especial por algo. Las funciones salían a partir de la improvisación y eso significa una puerta abierta a la sorpresa. Recuerdo un día en el que esa misma mañana me habían caido dos perros en una balsa de riego a los que tuve que rescatar y sinceramente lo pasé muy mal. Cuando llegué al teatro esa misma tarde le pedí que me preguntara durante la función que qué me había pasado hoy. Esa noche cuando le conté la anécdota y ver la cara de asombrado de Berto y pensando que estoy loco hace que responda al espíritu de «Nadie sabe Nada» porque se basaba en la sorpresa y la improvisación. Esa noche la pasamos muy bien.
– ¿Trabajas en algo más aparte de dirigir esta obra?
– Hago tantas cosas que te aburrirías porque ahora estoy trabajando más que nunca. No tener programa me convierte en ser más trabajador. Tengo que estar como todos los españoles, trabajando cinco veces más para ganar una cuarta parte. Yo soy de esos, que no crea la gente que estoy en mi mansión, haciéndome la manicura y esperando una buena oferta. Ahora estoy reinventándome como yo lo llamo «la cocina del Terrat» con muchos proyectos, ayudando a compañeros y armando mi propio proyecto. Yo no paro, soy un hiperactivo que para mi comunicar en el formato que sea es como la vida que yo no paro nunca.
– ¿En qué te falta por trabajar y que te gustaría hacer?
– Me faltan muchas cosas por hacer. No trabajo por objetivos, busco el divertirme cada día y marcarte retos. Hay tantas cosas por hacer que todos son retos. El día que no haya ambición lo dejaré. El nuevo programa ya es un reto para mí. Volver a la televisión en estos tiempos tan difíciles será complicado. Queda mucho por hacer y no he dicho todavía mi última palabra.