Caída Cifuentes, hablemos ahora de Espinar: al podemita le cayó una beca de la Complutense cuando papi mandaba en esta Universidad
Según cuenta la periodista Pilar Eyre, la ahora atribulada Cristina Cifuentes política contrató los servicios del doctor Juan Peñas hace unos años para realizarse un lifting facial que, a juzgar por los resultados, fue todo un éxito (Caída Cifuentes, hablemos ahora de Espinar: al podemita le cayó una beca de la Complutense cuando papi mandaba en esta Universidad).
Tanto la paciente como el doctor estaban especialmente preocupados por conservar los famosos hoyuelos de Cifuentes, una de sus señas de identidad, y lo consiguieron.
Pero hay más. Al parecer, los característicos ojos azules de la expresidenta de los madrileños son falsos y los consigue gracias a unas lentillas de colores que utiliza desde que era muy joven, pues en realidad sus iris son marrones.
Su espléndido físico lo conserva gracias al pilates, que practica cada día, incluso en su propio despacho, según recoge informalia.
Cifuentes siempre ha sido considerada una ‘pepera’ rara y su vida privada se ha mantenido en un segundo plano, protegida por cierto halo de misterio.
Casada con un arquitecto desde hace más de 20 años, es madre de dos hijos y tiene varios tatuajes japoneses en su cuerpo, algunos visibles y otros más íntimos.
A raíz del accidente de circulación que sufrió en 2013, es adicta a la meditación, y se declara agnóstica, defensora del colectivo LGTB y animalista, a pesar de que ha acudido a algunas corridas de toros en los últimos años.
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