Así son las cosas por mucho que les duela a algunos. Y es que, a veces la felicidad depende en gran medida de la capacidad de autoengaño que tiene cada uno, y este vídeo es en cierto modo todo un ejemplo de ello.
A pesar de tener algunos años, la cosa no ha cambiado nada, y nos da una idea de que el mundo del porno tiene más fantasía de la muchos se imaginan.
Una mujer se encarga de producir los sonidos que aparentemente harían ambas personas en la escena. Para chuparse los labios, vamos…