Se llamaba Ivana Smit, era holandesa y quería comerse el mundo. Durante su última noche con vida acudió junto a Alexander Johnson y su mujer Luna a su domicilio, situado en la planta 20 de una lujosa torre en Kuala Lumpur, para mantener relaciones sexuales. Horas después, los agentes eran alertados de la presencia del cadáver desnudo de la joven, que cayó desde la ventana.
La policía malasia asegura que se trata de un suicido, pero el padre de la joven no lo acepta: «Tenía marcas en su cuello, como marcas de dedos, alguien la agarró y la tiró», ha asegurado Marcel Smit al periódico holandés Algemeen Dagblad. Además, pone en duda las coartadas de Alexander, que asegura que tenía un sueño tan profundo que no escuchó nada, y de Luna, que afirmó que estaba llevando a su hijo al colegio, pese a que la modelo falleció sobre las 10 de la noche, según recoge Informalia.
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Una publicación compartida de Ivana Smit (@ivana_smit) el 5 de Dic de 2017 a la(s) 10:30 PST
La autopsia de Ivana ha desvelado que tenía restos de alcohol, éxtasis y anfetaminas en el cuerpo, por lo que los Johnson han sido arrestados por posesión de drogas mientras que el padre de la joven ha solicitado a la policía holandesa que abra su propia investigación.