La noticia pone los pelos de punta.
El médico y su esposa. ambos de 44 años, fueron detenidos en la localidad madrileña de Colmenar Viejo después de descubrirse el auténtico régimen de terror al que estaban sometidos los ocho hijos del matrimonio.
Los niños de entre 4 y 14 años solían faltar habitualmente a clases y las faltas eran todas justificadas por el padre, el cual ejerce de médico en un hospital madrileño y que también sometía frecuentemente a malos tratos a la madre de los menores.
La mujer de 44 años, madre de los menores y de nacionalidad española, era víctima de malos tratos aunque también ofrecía un trato denigrante a sus ocho hijos.
Una noticia que ha sorprendido a los vecinos de las viviendas aledañas y que ha despertado un aluvión de críticas en las redes sociales.
Palizas a latigazos con un cinturón y una vara de bambú, amén de tener que vivir en una sola habitación, sin la posibilidad de poder pisar siquiera el salón o tener que estar castigados largas temporadas en el patio del chalet, ya hiciera frío o calor.
Y todo, además, en un ambiente completamente insalubre, más propio de alguien que sufriera el llamado ‘síndrome de Diógenes‘, salvo el despacho del galeno.
Los menores, que tenían entre 4 y 14 años, fueron hallados por agentes de la Guardia Civil en un estado lamentable, desnutridos y con signos evidentes de maltrato.
La Benemérita pudo actuar gracias a que se dio la voz de alarma y se denunció que uno de los hijos de esta pareja podría estar sufriendo un auténtico horror en su propia casa.
Los agentes del Instituto Armado, en coordinación con la Fiscalía, iniciaron las pesquisas y comprobaron con auténtica estupefacción que ese menor tenía otros siete hermanos que podrían estar padeciendo el mismo calvario, ya que también todos faltaban a clase con bastante frecuencia, tal y como se pudo constatar gracias a la labor de agentes de la Policía Local y a los responsables de servicios sociales de esta localidad del norte de Madrid.
De hecho, no solo los hijos recibían palizas y vejaciones por parte de sus padres. La propia madre era también sometida a un maltrato brutal por parte de su marido y esta, en vez de denunciar a su pareja, descargaba la ira y la frustración de esa humillación en sus propios hijos.
Un efectivo de la Guardia Civil resumió a la perfección la sangrante situación y como prácticamente es imposible actuar si no hay denuncias:
Si no se denuncia, no podemos llegar a esto. Nadie sabe qué pasa dentro de una casa hasta que nos dan un indicio. Y lo que encontramos allí te deja en shock.
Los datos de la investigación fueron tan evidentes y tan espeluznantes que el propio juzgado de instrucción número 1 dio la autorización inmediata para que los agentes pudiesen acceder a la vivienda y proceder a su registro.
En una nota de prensa, la Benemérita acreditó que:
De los dos baños existentes, solo uno de ellos era utilizado, encontrándose sucio y lleno de enseres. La cocina presentaba un aspecto deplorable, sin limpiar y en una situación sanitaria pésima. Los ocho menores malvivían en una habitación, tenían prohibido pisar el salón.
Asimismo, los efectivos de la Guardia Civil hallaron ingente material sanitario que el médico no fue capaz de justificar por qué lo tenía en su domicilio.
Después del registro, los menores fueron ingresados en un centro de acogida gestionado por la Comunidad de Madrid. La madre, además de estar acusada de estos hechos, también ha sido considerada víctima de violencia machista, por lo que se ha impuesto al marido una orden de alejamiento.
En total, se los investiga por delitos contra los derechos y los deberes familiares, de malos tratos en el ámbito familiar, de violencia de género, obstrucción a la justicia y hurto.