El lunes 13 de junio comienza la elección del jurado del juicio contra el descuartizador confeso de Marta Calvo, por asesinar a tres mujeres, incluida ella, y abusar sexualmente de otras ocho, durante quince meses. Para lograrlo echaba cocaína en los genitales sin su consentimiento, esta práctica se conoce como «fiesta blanca».
La Audiencia de Valencia iniciará una vista oral de 21 sesiones en las que se tratarán la treintena de delitos que podría haber cometido el acusado. José Ignacio Palma confesó ante la Guardia Civil haber sido el responsable de la desaparición de Marta Calvo, joven cuyo cuerpo sigue sin aparecer.
El abusador declarará el 6 de julio, una vez acaben todas las sesiones, la madre de Calvo y portavoz de las víctimas, se refugia en la esperanza a que el asesino de su hija pueda empatizar con ella y desvele el lugar en el que está el cadáver de su hija. La Fiscalía pide una pena de 130 años, el 13 de julio el jurado se retirará a deliberar.
La portavoz instó a que se produjera una reforma del Código Penal, para endurecer las penas por ocultar cadáveres:
«Estoy convencida de que esta ley va a salir adelante, es mi propósito y voy a luchar para que mi hija sea la última, porque los padres no podemos vivir con esta pena y sin poder darnos un descanso en paz. Es por lo que estoy luchando y tengo fuerzas más que suficientes para tirar adelante esta ley y la voy a conseguir».
También pidió al jurado que se pusiera en su lugar como madre que perdió a su hija y sufre por ello:
«Pido mucha fuerza a mi hija y sé que me la está dando, para llegar al final fuerte y le pido al jurado que se ponga en mis zapatos, como madre, que me han quitado a mi hija muy injustamente».
Otros dos asesinatos
Las otras dos víctimas de José Ignacio Palma son Arliene Ramos y Lady Marcela, ambas en 2019. La primera comenzó a convulsionar cuando la drogó, y el asesino la dejó a su merced. Sus compañeras la encontraron, la llevaron a un hospital, pero murió nueve días después en coma. En la autopsia se encontró cocaína con un 81,67% de pureza. La otra asesinada ocurrió dos meses después, en este caso cuando Marcela comenzó a convulsionar le taponó las vías respiratorias para que no gritara, hasta su muerte. La autopsia decretó que tenía 9,31 ml en sangre.
El acusado será trasladado a la cárcel de Picassent, ya que se encuentra en las proximidades de los juzgados. También fue detenido en Italia por tráfico de drogas.