La policía detuvo a unos falsos compañeros de trabajo.
Los agentes desarticularon una banda que fingía ser policías para robar con violencia a otros criminales.
La investigación se inició se cometió un robo con violencia y una detención ilegal a un ciudadano colombiano en la localidad de Las Rozas.
La policía conoció que los criminales emplearon uniformes y dispositivos policiales para acercarse a la víctima.
La investigación apunto a que los falsos policías podrían estar detrás de otros dos robos con violencia cometidos de forma similar en Madrid, por lo que se inició la operación de forma conjunta.
Los delincuentes hacían creer a sus víctimas que estaban inmersos en un procedimiento judicial y que iban a realizar un registro de su vivienda.
Una vez dentro procedían a maniatarles para hacerse con el dinero, joyas y efectos de valor que se encontraban en el interior.
El grupo estaba dotado de uniformes, chalecos y multitud de efectos policiales, así como de armas de fuego reales y de numerosa munición de diferentes calibres y no dudaban en emplear violencia contra víctimas, testigos o fuerzas policiales cuando les oponían resistencia, recriminaban o les impedían la huida.
Intento de fuga
La policía logró la detención de las ocho personas que formaban el grupo.
Dos de ellos opusieron gran resistencia, emprendiendo la huida en vehículo por las calles de Madrid, embistiendo a varios vehículos y llegando incluso a ocasionar lesiones a un agente.
En el registro se intervinieron uniformes, chalecos y placas policiales, así como armas de fuego cortas, largas y de guerra, munición de diversos calibres, perturbadores de frecuencia, walkie talkies, grilletes, defensas así como herramientas que la organización utilizaba.
