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Análisis del anuncio de Iberia de Francisco Javier Antón Burgos, vocal de la Junta Directiva de RIDITA (Red Iberoamericana de Investigación en Transporte Aéreo), consultor en el campo del Transporte Aéreo y profesor de la Universidad Complutense.
«Los 4.500 despidos anunciados el viernes por Iberia abren un nuevo frente para el Gobierno. Según algunos expertos, Iberia se encuentra en pleno proceso de descapitalización a consecuencia de una fusión ‘poco equitativa’ con British Airways, y el Ejecutivo debería tomar cartas en el asunto.
Uno de esos expertos es Francisco Javier Antón Burgos, vocal de la Junta Directiva de RIDITA (Red Iberoamericana de Investigación en Transporte Aéreo), consultor en el campo del Transporte Aéreo y profesor de la Universidad Complutense. Este analista calcula que la pérdida de 4.500 empleos en Iberia afectará de manera indirecta a otros 20.000 trabajadores. “Por cada empleo directo en el transporte aéreo en España, hay entre tres y cinco indirectos. Las cifras sobrepasan los 4.500 despidos anunciados. A un país con un problema importante de paro, se podrían añadir otros 20.000 parados”, asegura.
Las consecuencias no se detienen únicamente en el engrose de las cifras del INEM; para el profesor Francisco Javier Antón, “el país perderá eficacia porque habrá menos rutas, menos horarios en las conexiones aéreas. Por no hablar del daño infligido a la marca España, se rompe su imagen a nivel mundial”, y señala que “una compañía como Iberia, tiene características estratégicas como un elemento clave para el desarrollo del turismo, que representa el 12% de nuestro PIB”.No sólo se trata de un daño en la imagen, sino de la pérdida de control de un elemento en el que se sostiene la recuperación económica. A menos rutas, menos posibilidades de ingresos turísticos.
Eso, por no hablar del deterioro para la calidad de los servicios, y sobre todo, del deterioro de la seguridad, “bajará el caché de seguridad porque habrá menos gente y más sobrecarga de trabajo para los que se quedan”. Francisco Javier Antón reconoce que la competencia de las compañías low cost han hecho daño a Iberia, “y no sólo a ella”, y señala que “hay mucha permisividad con las low cost, operan en condiciones de seguridad precarias y paralegales, al tiempo que realizan una competencia desleal. No hay que olvidar que muchas se localizan en aeropuertos de tercer nivel, subvencionadas por las Comunidades Autónomas, es decir pagado por todos los contribuyentes”.
Pero ni las low cost, ni las huelgas de pilotos son las causantes de que la compañía pierda 1,7 millones de euros al día. Esa es la cifra que IAG, matriz de Iberia y British Airways, dio a conocer el viernes junto con el comunicado de los despidos. Según Antón Burgos, “la clave se encuentra en la gestión ineficaz. El Gobierno, en 2009 malvendió Iberia porque necesitaba dinero”, y desde entonces, según el experto “se ha tratado a Iberia como una compañía de tercera. Han comprado barato la estructura de Iberia y lo utilizan para fines propios de British Airways, que es mayoritaria en el consorcio”. Según el vocal de RIDITA, “se dicen las pérdidas, 1,7 millones al día, pero no se explican en qué y por qué se pierde el dinero. Tampoco, se sustituye al equipo gestor que ha llevado a esta situación”. Antón Burgos cree que “se está jugando con el desconocimiento técnico general. Hay un interés en desarticular Iberia”, y advierte que en 2009 era una compañía saneada y con Tesorería, tras la fusión “parte de ese dinero de Iberia, como denunciaron los sindicatos, ha ido al fondo de pensiones del personal de British”.
Este especialista no cree que únicamente con un recorte de personal, se pueda reconducir la situación. Hay que buscar la eficacia laboral, pero también habría que “ampliar mercado, apostar por la calidad, cambiar la flota (British lo ha hecho, a Iberia no la han dejado), buscar proveedores de combustible más barato”, porque más allá de la crisis el transporte aéreo puede ser rentable, no hay que olvidar que “con la liberalización de la alta velocidad (AVE), se impondrán los precios de mercado”.
Desde el punto de vista del analista de RIDITA, la creación de Iberia Express, y la compra de Vueling, no tienen más sentido que abaratar costes laborales y convertir a Iberia en una compañía low cost. Con los despidos se abaratará el coste de la mano de obra, pero la compañía,desde el punto de vista de la gestión, no será más eficaz, asegura.
“El Ejecutivo actúa tarde, mal y ahora, con prisas. Y tampoco se entiende como es posible que accionistas mayoritarios como El Corte Inglés, Caixa Bank ó Bankia, no hacen valer su presencia accionarial. Por qué no se están moviendo”, es la pregunta que queda en el aire y a la que Antón Burgos no sabe contestar, según él, y desde una perspectiva estrictamente liberal, con ese nivel de pérdidas, “el accionista debería presionar para que la compañía tuviera viabilidad y eficacia. Para que hubiera otro equipo de gestión”.
