El gesto y el bufón

Si le quedara un ápice de decencia, hoy habría presentado su dimisión. Verlo amenazar contundentemente a ETA al grito de «ya no me junto contigo, Arnaldín«, ha sido uno de los momentos más patéticos de la comedia bufa que desde hace tres años escenifica este impostor. ZP es un bufón que se le ha colado al Rey como valido, un contador de chistes al que la ETA tiene cogido por las pelotas (vascas) y que sabe que depende de ella para seguir gobernando la Corte. Ya poco más le queda.

Esto no ha sido más que el primer aviso. En un país que se sume en el desastre cada vez que pasa algo extraordinario, ante la demostrada incompetencia de un gobierno zote, lo que ETA nos propone y le ofrece a Zapatero es el caos: colapsar el país, llevar el terror a los centros de comunicaciones y el pánico a la población.

Nadie podrá decir ya que ETA no ha hecho un gesto. Esta ha sido su cabeza de caballo entre las sábanas. Lo que le han dicho es que si con bombas llegó al poder, con bombas lo pueden echar. Estamos en manos de un pelele prisionero de la ETA, de un listillo que se creyó que jugaba una partida de monopoly y no un juego mortal.

Lo terrible es que en este juego de truhanes, en este «Día de los tramposos» los que mueren no son los canallas, los que negocian el poder sobre la vida de los demás, sino los inocentes.

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