Demasiado fácil para el PP (el Estado del Giliestar)

Un boxeador solo en el ring nunca puede ser noqueado. Salvo que se golpee a sí mismo. Y el PP anda en ello, en el autoknockout, pero ni así. No es sólo que Rubalcaba haya terminado por ser un malo de spaghetti-western, inconsistente y rehén de su pasado. Es el pasado del PSOE y su absoluto no-futur, su punkización desnatada, su imposibilidad de cambiar el modelo de gasto público inacabable que nos ha llevado a la ruina. Después de haber aumentado la deuda en más de cuatrocientos mil millones de euros, y de que ya nadie nos preste porque no podemos devolverlo, la izquierda (no olvidemos a esa IU enloquecida que fue el principal apoyo del PSOE, ese Llamazares lacayo de ZP, ese Lara que llama al golpe para ganar lo que no consigue con los votos) no puede presentar como alternativa seguir gastando un dinero que no tenemos, e incrementar, aún más, el expolio impositivo de los asalariados. Los únicos que pagan impuestos en España. Subir impuestos, sobre todo el IRPF, es lo más reaccionario, lo más injusto, lo peor que ha hecho el PP. Y lo que proponen Rubalcaba y Lara son nuevas subidas de impuestos, en lugar de intentar cobrárselos a los que nunca han pagado. ¿Qué hicieron las izquierdas, PSOE-IU, durante los veintidós años que gobernaron para acabar con el fraude? ¿Quién puede creer todavía nada de lo que digan estos impostores?

La única oposición verdadera al PP sería la que le exigiera desmontar de una vez su propia socialdemocracia. Su socialismo light. Que no es lo mismo que desmontar el Estado del Bienestar, sino más bien el del Giliestar o Capullistar, como prefieran. Renunciar, por ejemplo, al medio millón de euros que el Ministerio de la señora Mato gastó en 2012 en genialidades como la de la arqueología de género. O tantos observatorios regionales en manos de feministas y feministos derrochando ayudas para los amiguitos (y las amiguitas). O unas universidades llenas de cretinos y cretinas investigando la nada. ¿Cuánto se gasta en España en planes para obligar a la gente a decir los planes y las planas? ¿Cuánto en visitas a centros de enseñanza para adoctrinar en el género? ¿Cuánto en institutos de la mujer, dedicados a comprar el perdón del feminismo instalado? ¿Qué ha hecho el PP para desmontar esta parafernalia de gasto público? Acaben con las subvenciones de una vez, esa forma de corrupción legal, de anestésico social. Con todas. Aunque si decidieran hacerlo, seguramente comenzarían creando un Observatorio para las Subvenciones. Subvencionado.

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