Cuando las minorías se imponen sin tener los votos, gobiernan los injustos

El 99,9% de las encuestas, muestran la baja popularidad del Presidente. No obstante, Maduro se mantiene en el poder. ¿Qué mensaje oculto no interpretan los analistas que este sigue gobernando? ¿Errores de la OPOSICION? ¿Naturaleza del venezolano? Luego de la debacle del 6 de Diciembre 2015, muchos aseguraban su salida, su renuncia, su caída. Eso no sucedió y ya inició su quinto año de gobierno. De hecho, hace unos meses, mejoró sus números o detuvo la caída. Es de tal magnitud la gravedad, que ni siquiera la encuestadora HINTERLACES del gobierno, al mando de su obediente Oscar Schémel, ha podido ocultar sus deficiencias, con todo y los artificios semánticos que este utiliza para “edulcorar” la gestión Presidencial.
La actual crisis, que tiene más de un mes, “revivió” una Asamblea Nacional, que después de las promesas de Cumbiambera de Ramos Allup, estaba decaída, bajando a pasos agigantados en popularidad y reinició la caída de Nicolás. Los diputados están reivindicados ante el país que los eligió. Eso no significa que están exentos de errores y fallas. La dinámica es incontenible. Nadie puede hacer agenda. Los líderes de este país, son encabezados por Julio Borges. Capriles también se baña en esta “ola” y destraba sus números. Surge otro liderazgo en Voluntad Popular como Freddy Guevara y ya no solo es Lilian. Nadie se equivoque. Nada es permanente en la Venezuela actual y en otros escenarios, también se estudian tableros para asumir el protagonismo.

LOS QUE NO VOTAN

Antes de estos 36 días, la decepción preñaba los sentimientos del pueblo y la abstención aunque sin dominar, era una tendencia clara. ¿Qué dirán los números ahora?
Una elección no se define solo por los electores. Una especie de acuerdo excluye injustamente, a quienes no votan. Absolutamente grave. Para entender la actual situación política, hay que leer a los ABSTENCIONISTAS, los que no votan. Los partidos en general, han despreciado esta tarea.

¿Quién ES MADURO EN ESTE MOMENTO?

El actual Presidente, tomando como valido el resultado de su elección gano, hablando en términos hípicos, gracias a la “foto”. Es decir, más de la mitad de los que tenían derecho al voto en el 2012, no lo quisieron como PRESIDENTE. Imperdonable, su soslayo político a este resultado. Hoy es peor su condición. Nunca se preocupó en ser Presidente de la mayoría. Su PODER DE VOTO es casi CERO. Lamentablemente sigue siendo PRESIDENTE.

Las condiciones de gobernabilidad en el país están en suspenso, y es preciso considerar las fuerzas políticas del “silencio” abstencionista, fragmentadas, dispersas e incomprensibles por los analistas tradicionales. La ilusión democrática da al traste con la realidad de un gobernante que cuenta apenas con respaldo de menos de la mitad, de la cuarta parte del pueblo.

Si la “voluntad del pueblo” es la expresión de las mayorías, entonces la voluntad popular es irrepresentable, y su invocación será solo un ardid desesperado de la minoría gobernante…

La votación popular es, al fin y al cabo, un acto de expresión. La gente participa especialmente cuando siente que su voto hace una verdadera diferencia, ya sea porque la contienda está muy reñida, o porque es mucho lo que está en juego.

PELIGRO: NO TODO ESTA DICHO

Las encuestas no muestran toda la verdad, de lo que piensa el venezolano. Solo se dedica a los que piensan votar y es que por eso les pagan a las empresas consultantes. En Colombia lo observamos. Las encuestas apuntaron a una holgada ventaja por parte del Sí, algo que ha podido desmotivar el esfuerzo de muchos colombianos por salir a votar. La explicación de algunos para justificar la terrible pifiada que se pegaron todas las firmas encuestadoras, es que las personas son vergonzantes cuando su voto es el No, luego falsean la respuesta. Lo mismo se dijo para explicar que ganara el Brexit en Reino Unido y se teme que por idénticas razones. Donald Trump es otro ejemplo. Digo esto porque nadie puede confiarse. No todo está dicho. Y a pesar de todo las expresiones de LUIS VICENTE LEON en su última entrevista, Maduro tiene un alto grado de probabilidad de perder pero aún conserva un mínimo margen de opción. El Chavismo tiene al menos el 40% de los electores. No tiene es quien lo represente. Ese es su conflicto. El peor enemigo del chavismo es MADURO y su ignorancia política para mejorar sus números. Se conforma con gobernar. Se cree FIDEL. La asesoría cubana lo mantiene. Solo que Venezuela no es Cuba y no estamos en 1958. El histrionismo de Chávez le permitió sobrevivir. Maduro es una agonía hecha verbo. ¿Qué pasaría si surge un OUTSIDER dentro de ese mar de visiones chavistas? A lo mejor nada. La ambición y extensión de lo que representa Maduro, actúa como una septicemia del PSUV. ¿Pudiera alguien RESCATAR lo que ellos creen como “legado”? Si no aparece pronto, para detener este viraje democrático, ni hará falta. El chavismo se percatará de su error, si en Venezuela se impone una salida electoral. Allí, se arrepentirán de no haber creado alternativas en un nuevo panorama electoral y apostar todo en esta aventura de los “engendros” de Chávez. Muchos, terminaran siendo víctimas de quien pretende gobernar un país sin mayoría.

LA MAYORIA NO EXISTE EN VENEZUELA

Es una meta lograda parcialmente, por el Gobierno. NADIE ES MAYORIA, el gran objetivo cumplido brillantemente por la asesoría cubano-rusa-francesa de Maduro. La mayoría es opositora a este Gobierno y a esta oposición. Algunos analistas se lo atribuyen al trabajo de “envenenamiento” de los radicales. ¿Cómo se puede gobernar un país SIN MAYORIAS políticas definidas? Las malas lecturas que persisten ayudaron, por ejemplo: El 6 de diciembre no gano la MUD, perdió el chavismo y en especial, el madurismo, que es una cosa completamente distinta. Tarde se dieron cuenta del error y se avanza para construir otra percepción.

ESCENARIOS POSIBLES

Una elección libre, democrática, como reza la Carta fundamental, darán a luz un Parlamento donde el gobierno no tenga mayoría absoluta y probablemente tampoco la oposición. Las alianzas previsibles los partidos o figuras más votadas, con sus respectivas formaciones afines no dan en ninguno de los dos casos una mayoría absoluta. Tendremos, en consecuencia, un gobierno que no podrá ejercer sus funciones con autonomía total, sino que se verá obligado a dialogar y pactar habitualmente con la oposición.

LO IDEAL PARA VENEZUELA

El principio que sostiene la democracia, como poder del pueblo, es que nadie tenga la oportunidad de ejercer el poder sin restricciones. Aunque ejerza el poder en nombre del pueblo, aunque haya sido libremente elegido por el pueblo, debe siempre tener un contrapoder que limite sus actividades de gobierno. Eso no ha sucedido en Venezuela. Ni en la 5ta ni en la 4ta. La mayoría absoluta, que hemos vivido durante los últimos años, es una situación que puede darse en un sistema perfectamente democrático. Desde un punto de vista formal, no se le puede poner ningún reparo. Pero tiene la contraindicación de que carece de restricciones institucionales. A las minorías políticas, cuando uno de los partidos tiene la mayoría absoluta, no les queda más recurso que la denuncia y la protesta. Un gobierno sostenido por un partido con mayoría absoluta tiene legitimidad democrática para gobernar y decidir sin tener en cuenta las opiniones de las minorías. Puede aparecer más o menos simpático, más o menos elegante, más o menos cortés con la oposición, pero la legitimidad democrática para gobernar según sus propias opiniones, sin atender las de la oposición, no se le puede negar.

¿Quién GOBIERNA EN VENEZUELA?

El problema en Venezuela, es paradójico. Quien gobierna no es mayoría. No tiene suficiente poder legítimo, como para ignorar los reclamos de las auténticas mayorías. Siendo minoría, elabora el presupuesto, nombra los demás poderes, sin preguntar, actuando de manera absoluta. El mundo al revés. Es en esta situación cuando el Parlamento empieza a representar un auténtico contrapoder frente al Gobierno. Es entonces cuando la democracia empieza a hacerse sentir como una realidad. El obstáculo es que no existen los mecanismos para hacer valer esto: TSJ-DEFENSORIA-CONTRALORIA y FISCALIA (Yo la incluyo) siguen subyugados, por decirlo de una manera elegante.
La oposición y no estoy hablando exclusivamente de la MUD, tiene que ser más cuidadosa con lo que dice y exige. Cuando sabemos que lo que pidamos no nos lo van a dar, podemos pedir el cielo. Cuando somos conscientes de que nuestras críticas no van a pasar de ser un discurso más o menos agresivo, pero sin consecuencias prácticas, podemos ir tan lejos como nuestra imaginación nos lo permita. Pero cuando la oposición tenga el poder para obligar al gobierno en ejercicio a tomar decisiones y ejecutar acciones contrarias a la opinión del propio gobierno, asume la responsabilidad de las consecuencias. Eso no ha pasado en Venezuela, de manera explícita y es el gran error de Maduro. Los venezolanos tenemos derecho a un gobierno que no pueda hacer todo lo que quiera y que para hacerlo tenga que procurar que lo quiera además otro, y que a veces tendrá que hacer cosas que no hubiera querido hacer. Es comprensible que acostumbrados a un gobierno con mayoría absoluta hasta el 2015, esta nueva situación requiera un nuevo estilo, una nueva comprensión del poder político, que nunca fue aceptada por quienes gobiernan. Algunos por su formación militar y otros por su deformación intelectual y resentimiento.

También tenemos derecho a una oposición obligada a hacer algo más que discursos, a tomar decisiones, y asumir las responsabilidades consecuentes. Ha llegado el momento de que la clase política deje de jugar al ejercicio retórico de lanzar adjetivos peyorativos a los demás, como hace Ramos Allup. Eso hace reír. Gusta al auditorio. Entretiene. Chávez lo hacía muy bien. Maduro ni ese papel lo ha podido cumplir, aunque lo intenta de manera muy vulgar. El país está cansado de esa galería política. Es preciso que cada mástil cargue su bandera, y a cada uno podamos conocerlo no por sus palabras, sino por sus hechos.

Sígueme por periscope, Instagram y twitter como @angelmonagas