Película lenta y aplastante durante una primera hora que llega a hacerse soporífera, para luego arrancar por fin y ser un thriller entretenido, aunque ya quizás sea tarde.
No entiendo por qué se hace esa introducción eterna. Podría haber dado para mucho más si se trabajase y profundizase sobre las secuencias finales, donde la venganza, la traición y hasta el amor se hacen los protagonistas.
Lo mejor del film es ver la actuación de Ron Perlman como el aniquilador Asher, que muestra el cansancio y la tristeza que produce la vejez, y cómo no se puede salir del infierno cuando ya firmaste con el diablo.
1½ ★½