Si hay un libro que me ha hecho reír a carcajadas (y muchas veces) este año, ese ha sido ‘El Baile de los Caídos’ (Temas de Hoy). Solo José Trabajo, al mando de la increíble historia que nos trae a un Franco resucitado en 2019 (y zombi), y Miguel Gallardo, capitaneando unas ilustraciones mordaces, podían regalarnos esta punzante obra. Porque, tras la comedia, el meollo hondo es una cruda denuncia social. Orgulloso es poco al poder entrevistarlos a ambos aquí. Pasen y vean…
¿Cómo surgió la idea que acabó en ‘El Baile de los Caídos’?
Miguel Gallardo: Pues fue una especie de encargo de la editorial con la idea de base de la resurrección de Franco; a partir de eso, Jose hizo un relato muy divertido que entremezcla política, zombis, viejo régimen, cuentas pendientes y un montón más de cosas Con esos mimbres a mí me toco una parte divertida que fue crear fakenews sobre la historia.
José Trabajo: Cuando me propusieron resucitar al dictador, mi cabeza se inundó de horribles escenas con zombis fascistas persiguiendo a podemitas, Franco cortando lazos amarillos por las calles de Barcelona y el trifachito haciéndole la pelota al abuelo para que les deje participar en un nuevo golpe de Estado. “Golpe transversal sensato por el cambio”, le llama Rivera… Con todos estos ingredientes, pensé que nada podía fallar y acepté de inmediato el encargo. Fue una buena decisión porque me he reído muchísimo escribiéndola. Hasta el punto de caerme de la silla varias veces.
En el libro, desde un humor hilarante y sin fronteras, desnudáis muchas miserias de nuestra actual sociedad, sobre todo a nivel político. ¿Teméis que, en este tiempo de imperio de tanta corrección política, alguien no entienda que esto es humor y os conduzca, directamente, a la guillotina en plaza pública?
Miguel Gallardo: La verdad es que sería nuestro deseo; también, que un comando de locos del frenopático nos rescatara en el último momento y nos llevara a Andorra. Pero, de momento, no ha sido el caso.
José Trabajo: Yo he estado mirando el alquiler de mansiones en Bruselas y no me salen los números. Así que confío también en los locos. De todas formas, hay muchos humoristas que se exponen continuamente denunciando los desmanes de nuestros políticos. Como en Polònia, El intermedio, El Mundo Today o el Jueves, entre otros. Así que, si vamos todos a la guillotina, al menos nos lo pasaremos en grande por el camino.
¿Ha habido momentos de duda, en el sentido de deciros «por ahí no podemos pasar»?
Miguel Gallardo: No por mí, que llevaba la parte gráfica y he tenido libertad completa. Y, de momento, ni siquiera se ha quejado Bertín (Osborne)…
José Trabajo: Desde el primer momento, me dieron carta blanca para escribir lo que quisiera. Que yo tirara millas, que las collejas ya me las darían la editorial y el equipo de abogados al final. Cuando escribes humor negro políticamente incorrecto y te burlas de media España, lo primero que haces cuando presentas la primera versión es encoger el cuello instintivamente. Pero la verdad es que no me dieron muchas (para mí que están igual de locos que yo). De todas formas, la peor censura es la que te han ido inculcando sin darte cuenta atacando a golpe de ley y de sentencia la libertad de expresión de twiteros, raperos, periodistas, manifestantes, humoristas o todo el que no piensa como ellos quieren. De esta autocensura es más difícil escapar. Hay que esforzarse mucho. Espero haberlo conseguido, un poco.
¿Cómo pensasteis en un Franco resucitado y zombie como gran catalizador de una catarsis nacional que no saque de tanta ramplonería?
Miguel Gallardo: Esta es una pregunta para Jose; yo me lo pasé bomba reutilizando los símbolos del franquismo en una venganza satírica personal.
José Trabajo: Creo que, por desgracia, la gente que necesita urgentemente salir de esta ramplonería generalizada no se va a leer el libro. Para los que se animen a hacerlo, les espera, además de echarse unas risas, un poquito de historia. No de la oficial, sino de la que nos han querido ocultar o hacer olvidar. Unos, porque son herederos del franquismo y no les interesa airear ciertas cosas. Y, los otros, porque… porque… ¡Qué coño!, los otros por lo mismo. ¿Y quién mejor que el propio Franco para contarnos esa historia secreta?
(A los puristas del género les diré que lo sé, los zombis no hablan. Pero Franco no es un zombi cualquiera ni esto es una novela de zombis, sino una sátira política).
¿Qué político, de todos los que citáis, os gustaría que leyera vuestro libro?
Miguel Gallardo: El Gran Wyoming
José Trabajo: Por gustarme, me gustaría que lo leyeran todos. Me gustaría, también, que sintieran vergüenza por lo que han hecho y por lo que siguen haciendo. Que dieran de una vez el paso hacia una ruptura real con el franquismo y dejaran de pensar que están ahí para mandar y mangar, como en tiempos de Franco, en vez de para servir a su pueblo, como en una democracia verdadera…
…Pero, siendo realistas, me conformo también con que lo lea Wyoming.
¿Y qué político, en caso de leerlo, creéis que pondría en el grito en el cielo?
Miguel Gallardo: Carrero Blanco, aunque un poco tarde.
José Trabajo: A lo mejor está gritando desde el cielo…
Realmente, si hay algún político que lo lee y no se siente ofendido, lo siento mucho. No era mi intención. Seguramente, es que no me venía bien para la trama o no me cabía en la novela. Ya le ofenderé en la próxima.
Pregunta seria… ¿Franco está hoy más presente en nuestras vidas como no lo ha estado desde el 20 de noviembre de 1975? ¿Conseguirán resucitarlo y elevarlo de nuevo al poder los que tanto le añoran?
Miguel Gallardo: Cosas más raras hemos visto en este país; hemos tenido un Papa propio, Gil y Gil podría haber sido presidente de España y un rey que mató a Dumbo.
José Trabajo: No es que esté presente, es que ha vuelo en carne y huesos. ¿Es que no te has leído la novela?… Franco dejó todo atado y bien atado y se fue a echar la siesta. Pero, entre el feminismo, el separatismo, las bodas gais o la inmigración, le habéis hecho retorcerse en la tumba y se ha tenido que levantar a poner orden. Y lo ha hecho en un buen momento, ahora que la izquierda no se entiende y la derechita cobarde ha dejado de ser cobarde y proclama a los cuatro vientos su fascismo. Españoles, Franco ha vuelto. Y muy contento no está, la verdad. ¡Os vais a cagar!