El Dios de Sorrentino es un Dios al que se desea
Tras acabar de un tirón The Young Pope y The New Pope, las dos series en las que Sorrentino bucea en las cloacas vaticanas y donde a veces (¡oh, milagro!) se cuela algún halo de santidad, experimento lo mismo que sentí tras la Séptima, la Novena de las canastas merengonas o el Mundial: ya no volveré a gozar ese orgasmo como cuando lo