N. Vaudelet y María Lafuente, el mundo árabe y las transparencias se unen

N. Vaudelet y María Lafuente, el mundo árabe y las transparencias se unen


La penúltima jornada de la cuarenta y ocho edición de la ‘Cibeles Madrid Fashion Week’ ha descubierto propuestas muy sugerentes para la primavera-verano 2009. Nicolas Vaudelet, para la firma El Caballo, recorre el desierto para presentar una colección de ensueño con reminiscencias árabes, mientras que María Lafuente apuesta por las transparencias en una línea de ropa dirigida tanto para hombre como para mujer.

EL MUNDO ÁRABE DE NICOLAS VAUDELET

Echando una mirada atrás, a los orientalistas del siglo XIX y a la ornamentación mozárabe, Vaudelet presenta una doble paleta de colores: blancos, negros y tonos piel mezclados con detalles de plata, y tonos ácidos que recuerdan a los azulejos mudéjares. Todo ello trazado a base de materiales naturales como el cachemir, la seda, el lino y el algodón.

El francés presenta una mujer vestida con pantalones de harén, pitillos extralargos que se arrugan en el tobillo, jodphur caídos y trajes de novia muy innovadores, en blanco transparente con coraza marrón. Faldas dervich, chaquetas desestructuradas, drapeadas y estiradas, túnicas chilabas, capas moriscas, saharianas, cafetanes… En definitiva, todo un paraíso de ensueño manteniendo siempre como fuente de inspiración el mundo árabe y el desierto.

Y los complementos no han sido menos. Han dominado los bolsos tuareg sobredimensionados, carteras inspiradas en bolsas de camello, así como zapatos de tacón de aguja y espectaculares gafas con motivos mozárabes.

MARÍA LAFUENTE, UN MUNDO DE TRANSPARENCIAS

María Lafuente, por su parte, se ha decantado por las transparencias en una colección llamada ‘Edo’ y dirigida tanto para hombre como para mujer. Así, los colores claros como el blanco o el rosa han prevalecido sobre una línea de ropa donde también se han podido ver tonos amarillentos e incluso algún que otro dorado.

Vestidos hasta las rodillas, pantalones anchos con cartucheras y rombos estampados, superposiciones tanto arriba como abajo, mallas transparentes con estampados en rosa en las mujeres, alguna que otra espalda al aire y hombres «afeminados» que vestían ligeros tonos rosas,
complementados con un gran chal del mismo color.

Los complementos no han resaltado demasiado la colección. Zapatos en blanco y dorado, bolsos con estampados de figuras geométricas y pendientes largos que cuelgan con cierta elegancia destacan como los principales.

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