¿Alguna vez te has preguntado qué ocurre realmente detrás de esa puerta cerrada de la cabina mientras sobrevuelas océanos durante horas?
Los vuelos de larga distancia son toda una aventura para los pasajeros, pero también representan un desafío único para quienes pilotean las aeronaves.
Mientras nosotros dormimos, vemos películas o disfrutamos de la gastronomía a bordo, los pilotos mantienen una rutina rigurosa que garantiza nuestra seguridad.
Este es solo el comienzo de un viaje extraordinario que nos llevará a explorar no solo los secretos de la cabina, sino también cómo planificar una aventura alrededor del mundo.
La vida en la cabina: lo que ocurre mientras vuelas
Durante un vuelo de larga distancia, como uno de nueve horas y media, los pilotos siguen protocolos estrictos que combinan vigilancia constante con periodos de descanso programados. La tripulación de vuelo generalmente está compuesta por al menos dos pilotos en cabina y, en vuelos transoceánicos, suele haber pilotos adicionales para permitir turnos de descanso.
El trabajo de los pilotos comienza mucho antes del despegue, con reuniones informativas sobre meteorología, plan de vuelo y posibles incidencias. Una vez en el aire, mantienen comunicación constante con los controladores aéreos, monitorizan los sistemas de la aeronave y realizan ajustes en la ruta según sea necesario.
En los vuelos de larga distancia, los pilotos se turnan para descansar en áreas específicas de la aeronave. Estas zonas de descanso, desconocidas para muchos pasajeros, suelen estar ubicadas detrás de la cabina o sobre el compartimento de pasajeros, equipadas con camas para que puedan recuperar energías. Mientras un piloto descansa, el otro permanece alerta, asegurando que siempre haya alguien vigilando los controles.
Los pilotos también deben mantenerse hidratados y alimentados durante estos largos trayectos, aunque suelen consumir comidas diferentes entre ellos para minimizar el riesgo de intoxicación alimentaria simultánea. Una curiosidad que pocos conocen es que, en algunas aerolíneas, el comandante y el copiloto nunca comen el mismo menú por razones de seguridad.
Planificando una vuelta al mundo: por dónde empezar
Inspirados por estos viajes transoceánicos, muchos soñamos con dar la vuelta al mundo. Esta aventura requiere una planificación meticulosa que comienza con la documentación necesaria. Antes de partir, asegúrate de que tu pasaporte tenga al menos seis meses de validez tras la fecha prevista de regreso y verifica si necesitas visados específicos para los países que visitarás.
Es fundamental visitar un centro de vacunación internacional al menos dos meses antes de iniciar el viaje. Allí te informarán sobre las vacunas obligatorias como la fiebre amarilla para ciertos países de África y Sudamérica, así como otras recomendadas según tu ruta.
Un elemento crucial para este tipo de viajes es contar con un buen seguro que cubra asistencia médica ilimitada, repatriación y gastos de hospitalización en cualquier parte del mundo. Compara diferentes opciones y elige la que mejor se adapte a tu itinerario.
Diseñando el itinerario perfecto
La planificación de una vuelta al mundo debe considerar factores como el clima de cada destino, las conexiones de transporte y tu presupuesto. Una estrategia común es seguir una dirección este u oeste para aprovechar mejor los husos horarios y minimizar el jet lag.
Para dos personas, el presupuesto para una vuelta al mundo puede variar enormemente según el estilo de viaje. Un presupuesto moderado para un viaje de tres meses oscila entre los 15.000 y 25.000 euros por persona, incluyendo vuelos, alojamiento, comidas, transportes locales y actividades. Si buscas una experiencia más lujosa, este presupuesto puede fácilmente duplicarse.
La elección de la temporada es crucial. Viajar durante las temporadas intermedias (primavera y otoño) suele ofrecer un equilibrio entre buen clima y menor afluencia turística. Evitar los meses de julio y agosto en el hemisferio norte y diciembre-enero en destinos como Australia y Nueva Zelanda puede significar ahorros considerables y experiencias más auténticas.
Medios de transporte para circunnavegar el globo
Existen diversas opciones para dar la vuelta al mundo, cada una con sus ventajas e inconvenientes:
Avión: Las alianzas de aerolíneas ofrecen pases especiales para vuelta al mundo que permiten múltiples escalas por un precio fijo. Star Alliance, Oneworld y SkyTeam tienen productos específicos que permiten entre 3 y 15 paradas en un periodo de hasta un año, con precios desde 2.500 euros por persona.
Barco: Para los amantes del mar, existen cruceros que realizan la vuelta al mundo en aproximadamente 120 días. Esta opción es más costosa (desde 20.000 euros por persona) pero incluye alojamiento y comidas.
Combinación de transportes: Muchos viajeros optan por combinar vuelos intercontinentales con transportes terrestres locales como trenes, autobuses o coches de alquiler, lo que permite una inmersión más profunda en cada destino.
Desde España, el punto de partida ideal es Madrid o Barcelona, que ofrecen conexiones directas con los principales hubs internacionales. Para iniciar una vuelta al mundo, puedes tomar un vuelo hacia el este (por ejemplo, comenzando por Asia) o hacia el oeste (comenzando por América).
Gastronomía mundial: restaurantes imprescindibles
Un viaje alrededor del mundo es también un festín para el paladar. En cada continente encontrarás experiencias gastronómicas únicas que merecen un lugar en tu itinerario:
En Asia, el restaurante Cha Ca La Vong en Hanoi, Vietnam, ofrece su famoso plato de pescado marinado con cúrcuma y eneldo que ha estado sirviendo desde hace más de 100 años.
Si tu ruta incluye Norteamérica, no puedes perderte Au Pied de Cochon en Montreal, Canadá, conocido por su innovadora poutine de foie gras, una reinterpretación lujosa del plato nacional canadiense.
En Europa, Moran’s Oyster Cottage en Kilcolgan, Irlanda, sirve las mejores ostras Magallanas gigas en un edificio histórico con más de 250 años de antigüedad.
Para los amantes de la comida peruana, Pardos Chicken en Lima ofrece el auténtico pollo a la brasa que ha hecho famosa a la gastronomía peruana en todo el mundo.
En Australia, Il Bacaro en Melbourne sorprende con sus espaguetis de bicho de la Bahía de Moreton, un plato que combina la tradición italiana con ingredientes autóctonos australianos.
Monedas y finanzas en tu viaje global
Gestionar el dinero durante una vuelta al mundo requiere planificación. Lleva siempre contigo una combinación de:
- Tarjetas de crédito y débito de diferentes redes (Visa, Mastercard) para mayor seguridad
- Una pequeña cantidad de dólares estadounidenses y euros en efectivo para emergencias
- Una tarjeta multimoneda que te permita cargar diferentes divisas y evitar comisiones por cambio
Antes de partir, notifica a tu banco sobre tu viaje para evitar bloqueos de seguridad en tus tarjetas. También es recomendable tener acceso a plataformas de transferencia internacional como Wise o Revolut para recibir fondos en caso de necesidad.
Claves y trucos para maximizar la experiencia
Para sacar el máximo partido a tu vuelta al mundo, considera estos consejos de viajeros experimentados:
Viaja ligero: Lleva solo lo esencial. Recuerda que podrás comprar lo que necesites en el camino y que cargar con equipaje pesado limita tu movilidad.
Aprovecha la tecnología: Aplicaciones como Maps.me (mapas offline), XE (conversión de moneda) y Google Translate son indispensables.
Conecta con locales: Plataformas como Couchsurfing o Meetup te permiten conocer residentes que pueden mostrarte aspectos de sus ciudades que no aparecen en las guías.
Flexibilidad: Deja espacio en tu itinerario para lo inesperado. Algunos de los mejores momentos surgirán de forma espontánea.
Documentación digital: Guarda copias digitales de todos tus documentos importantes en la nube, accesibles desde cualquier dispositivo.
Curiosidades y anécdotas del viaje global
Una vuelta al mundo te enfrentará a situaciones sorprendentes y memorables:
En Japón, los trenes tienen una puntualidad tan precisa que las compañías ferroviarias emiten certificados de retraso para que los pasajeros justifiquen su tardanza en el trabajo o la escuela, incluso si el retraso es de solo un minuto.
En Nueva Zelanda, hay aproximadamente 10 ovejas por cada habitante, lo que hace que estos animales sean parte fundamental del paisaje durante cualquier recorrido por carretera.
Bután mide su progreso en términos de «Felicidad Nacional Bruta» en lugar del PIB, priorizando el bienestar de sus ciudadanos sobre el crecimiento económico.
En Bolivia, el Salar de Uyuni se transforma durante la temporada de lluvias en el espejo natural más grande del mundo, creando ilusiones ópticas que desafían la percepción.
La mejor época para cada destino
Planificar una vuelta al mundo implica considerar las estaciones en diferentes hemisferios:
Sudeste Asiático: La mejor época es entre noviembre y febrero, evitando la temporada de monzones.
Australia y Nueva Zelanda: Visítalos entre marzo y mayo o septiembre y noviembre para disfrutar de temperaturas agradables y menos turistas.
Europa: Mayo-junio y septiembre-octubre ofrecen buen clima sin las multitudes del verano.
Sudamérica: Varía según la región, pero abril-mayo y septiembre-octubre son generalmente recomendables para la mayoría de los países.
África: Depende enormemente de la región, pero para safaris en África Oriental, los meses secos (junio-octubre) son ideales.
Documentación por regiones
Los requisitos de entrada varían significativamente según el destino:
Asia: Países como Japón ofrecen entrada sin visado para españoles por 90 días, mientras que China, India y Vietnam requieren visado previo.
Oceanía: Australia y Nueva Zelanda exigen visados electrónicos que pueden obtenerse online.
América: Estados Unidos requiere autorización ESTA para españoles, mientras que Canadá solicita el eTA. La mayoría de países latinoamericanos permiten la entrada sin visado a ciudadanos españoles.
África: La mayoría de países requieren visado, algunos disponibles a la llegada y otros que deben tramitarse con antelación.
Conclusiones para el viajero global
Una vuelta al mundo es mucho más que una sucesión de destinos; es una transformación personal que cambia para siempre tu perspectiva. Desde la fascinación por lo que ocurre en la cabina de un avión durante largas horas de vuelo, hasta la inmersión en culturas radicalmente diferentes a la tuya, cada momento contribuye a una experiencia vital incomparable.
La planificación es fundamental, pero también lo es la capacidad de adaptación. Los imprevistos surgirán, y a menudo serán estos momentos no planificados los que se conviertan en tus anécdotas favoritas. Como dicen los viajeros experimentados: «Planifica lo suficiente para sentirte seguro, pero deja espacio para que la magia ocurra».
Ya sea que elijas seguir las rutas comerciales tradicionales o aventurarte por caminos menos transitados, una vuelta al mundo te conectará con la asombrosa diversidad de nuestro planeta y, quizás más importante aún, contigo mismo.
