(PD).- El hombre que ayer irrumpió con su automóvil en el desfile del Día de la Reina en la localidad holandesa de Apeldoorn causando cinco muertos y doce heridos falleció la pasada noche en el hospital, informa hoy la televisión holandesa NOS.
El vehículo que conducía Karst T., un ciudadano holandés de 38 años, rompió el cordón de seguridad poco antes del paso del autobús descubierto en el que viajaba la Familia Real y embistió al público allí concentrado, para acabar estrellándose contra un monumento cercano.
Tras la muerte del agresor, el número de víctimas del suceso asciende ya a seis. Al ser interrogado por la Policía, Karst T., confesó que su acción fue intencionada y que se dirigía contra la Familia Real, aunque no detalló los motivos.
Según las autoridades, no tenía antecedentes penales ni tampoco de problemas psiquiátricos. Los medios holandeses informan hoy de que el hombre, que iba a ser acusado de intento de atentado contra la jefa del Estado, trabajaba en una empresa de seguros, hasta que fue despedido recientemente.
El ataque motivó la cancelación inmediata de las festividades del Día de la Reina -que se celebra en todo Holanda- en Apeldoorn y en la mayoría de ciudades del país. La Policía ha examinado minuciosamente en las últimas horas el vehículo y la casa del agresor, pero no ha encontrado ningún indicio de que hubiera ninguna persona más implicada.
Retransmitido en directo por la televisión nacional, el desfile del Día de la Reina lleva a los Orange por las principales avenidas de las distintas ciudades escogidas cada año. Ayer, lo que apareció en la pantalla fue el último tramo de la frenética carrera del vehículo en cuestión, con el capó dañado por los choques previos contra el público. Fue todo tan rápido, que algunos policías que cubrían el trayecto, vestidos de gala, apenas lo percibieron.
Todavía sobrecogida, Beatriz de Holanda se dirigió al país para dar el pésame a los familiares de los muertos. Después de haber cambiado el vestido de color fresa que llevaba a primera hora por otro azul oscuro, lamentó «que un día tan bonito haya terminado en una tragedia». Con el rostro demudado, añadió: «La gente que contemple lo ocurrido hoy no podrá creerlo. Estoy sin habla y sólo pienso en las víctimas y sus allegados». Los ayuntamientos han recortado o suspendido las festividades.