Según el Departamento de Estado, esto forma parte de la estrategia bélica rusa para obtener ventaja sobre sus enemigos.
La cloropicrina, un agente asfixiante, está prohibida por la Convención sobre Armas Químicas.
Rusia también ha sido acusada por el Ejército ucraniano de intensificar el uso ilegal de agentes antidisturbios en el este del país, obligando a los soldados a abandonar sus posiciones bajo fuego enemigo.
Estas acciones son vistas como parte de un patrón de comportamiento, similar a los casos de envenenamiento de opositores como Navalny y los Skripal. Estados Unidos anunció nuevas sanciones contra empresas estatales rusas y personas involucradas en programas de armas químicas y biológicas.
Además, la Casa Blanca añadió a 280 individuos y entidades relacionadas con el Kremlin, acusadas de facilitar agresiones en el país y en el extranjero.
Mientras tanto, en Ucrania, bombardeos recientes han dejado cinco muertos y varios heridos, incluyendo a un padre, su hija, un menor y una mujer mayor.