El analista Álvaro Vargas Llosa dedicó el 18 de abril de de 2012 una entrada en su blog de El Mundo, titulada La trompa populista de Kirchner, a la expropiación de YPF por parte del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Arranca con una reflexión con doble sentido que incide sobre el doble sentido de unas palabras de la inquilina de la Casa Rosada de Buenos aires: «¿Cuándo baja la trompa un elefante que la tenía erguida? Por lo general, cuando se rinde o se somete. En cambio, la eleva cuando desafía o amenaza».
A continuación explica:
Pues bien: el modelo de Kirchner, que es el viejo modelo peronista de manual, se ha rendido. Ha sido derrotado otra vez, como ha sucedido invariablemente desde los tiempos de Perón, por la realidad, esa hija de puta. La expropiación de YPF, la filial de Repsol, no es otra cosa que el síntoma cruel y humillante de esa derrota. Cuando un modelo populista fracasa, son inevitables las expropiaciones: significan me rindo, bajo la trompa.
Explica en qué consiste el modelo kirchnerista-peronista:
Básicamente en subvencionar, es decir narcotizar, el consumo de distintos sectores urbanos y beneficiar a determinadas empresas cercanas al Estado. Por eso los Kirchner controlaron los precios del transporte y la energía, por ejemplo, y entronizaron o hundieron a empresarios amigos y enemigos según el caso.
¿Y cómo se financia esto? En tiempos de altos precios internacionales para las materias primas, de dos formas: con el dinero que viene de esta fuente y con el que se exprime a los sectores productivos, que en el caso argentino es esencialmente la agroindustria. Pero se consume tanto y se gasta tanto, que en un momento dado no bastan estas dos fuentes. ¿Qué se hace entonces? Lo que hizo Kirchner en 2008: exprimir todavía más a los productivos, elevando los impuestos al campo. ¿Y cuando esto tampoco basta? Se nacionalizan las pensiones, como hizo Kirchner en 2008. ¿Y cuándo hace falta más? Se echa mano de las reservas del Banco Central. ¿Y si esto tampoco es suficiente? Se agita la bandera de Las Malvinas… y se expropia las principales empresas. He allí la razón, la verdadera razón, de la expropiación de YPF.
Repasa la situación de económica de Argentina y concluye:
Los controles para evitar la salida de dólares alcanzan ya niveles de Estado policial. Como YPF no podrá producir lo que el gobierno quiere que produzca, habrá más chivos expiatorios nacionales y extranjeros (dos, tres, cien Malvinas, que diría el Che), y más expropiaciones (dos, tres, cien YPF). Ya no hay cómo endeudarse en el extranjero porque la decisión arbitraria de Kirchner, hace unos años, de infligir a los acreedores una quita de tres cuartas partes de lo que les debía el gobierno ha provocado un escenario de semi cuarentena crediticia. Por tanto sólo queda seguir expropiando. La rendición total y absoluta del modelo.
La pregunta no es por qué se le ha caído la trompa al populismo argentino, como se les cayó a todos los populismos latinoamericanos del siglo XX, desde la Revolución mexicana hasta Hugo Chávez. La pregunta es ¿por qué hay tontos que insisten en hacer negocios donde es obvio que tarde o temprano les van a dar la trompada del siglo?