Japón lanza un duro reto a China con su sólido respaldo a Taiwán, una de las democracias asiáticas amenazadas por Pekín.
El ministro de Exteriores japonés, Toshimitsu Motegi, anunció que donará 1,24 millones de dosis de vacunas contra el COVID-19 a Taiwán. Un anuncio que llega justo cuando el territorio insular está encontrando problemas para abastecerse debido a las presiones del régimen chino para aislar aún más a su histórico rival.
Las dosis que Tokio enviará gratis son parte de los suministros nipones de la vacuna desarrollada por la farmacéutica británica AstraZeneca, pero fabricada en el país asiático, y que Japón no tiene previsto usar en su campaña de vacunación.
El canciller japonés explicó que la decisión se ha adoptado tras una petición del territorio insular, que lidia desde mayo con un aumento considerable de casos del COVID-19 nacido en Wuhan y está teniendo problemas para abastecerse de vacunas por sus fricciones con China.
De esta manera, Tokio decidió no temer las posibles consecuencias que su accionar pudiera tener con el régimen de Pekín conducido por Xi Jinping y solidarizarse con la democracia taiwanesa.
Las autoridades de Taiwán han acusado al régimen comunista chino de bloquear negociaciones para la adquisición de vacunas por sus desavenencias geopolíticas. Taipéi es un territorio independiente desde el fin de la ocupación japonesa de la isla en 1949, pero Pekín reclama su soberanía y desde hace algunos meses ha intensificado sus agresiones y acoso.
China ha criticado la oferta japonesa, a la que ha tildado de ser una herramienta política, y ha señalado sus intentos por suministrar a Taiwán su vacuna Sinovac -la de más baja efectividad en el mercado- y que el territorio ha “bloqueado”.