No más Mentiras

Antonio García Fuentes

Ciudades con olor a muertas

Ciudades con olor a muertas

Esa es la estampa y realidad que observo en la propia ciudad donde nací y vivo (capital de una provincia con 12.500 km2) y lo que también aprecio, en todos los lugares donde las televisiones “meten sus fauces” y nos presentan, una sociedad asustada, paralizada, aterrorizada, o congelada; y conformándose, con “el bodrio oficial”, que en el mejor de los casos, les ofrece quienes dicen gobernarla por el terror que le han metido en el cuerpo, y con el sadismo de decirles sin rubor alguno, “que son ellos los que les van a salvar”, de un mal, que a la vista está, ni supieron dirigirlo desde un principio y menos contenerlo, sabiendo conservar y facilitar la libertad lógica que precisa cada ser humano, que ya pasado de “su estado animal”, se atreve a considerarse, simplemente hombre o mujer… “humanos”.
Va para año y medio, que “los chinos”, puesto que allí nació la pandemia y ellos sabían mucho de ello, ya que se apresuraron a fabricar y almacenar, “montañas” de útiles y artilugios, para luego venderlos a buen precio, al resto del mundo ya aterrorizado por “el regalo”; lo que da a entender “al no muy lerdo”, que aquello era un nuevo tipo de guerra, si bien poco mortífera (es la pandemia mundial que menos víctimas ocasiona) pero sí lo suficientemente, “venenosa”, como para aterrorizar a las masas, dominar a los gobiernos del mundo, y luego venderles todo lo almacenado y al precio que quisieran los acaparadores. Al propio tiempo paralizarían la vida normal de los pueblos y con ello, los arruinarían lo suficiente como para emplearlos después, como meros juguetes de los intereses del provocador de todo, que no dudemos no fue casual, sino pensado, repensado y lanzado como una nueva arma mundial y de dominio como tal; es lo que se puede deducir, “si sosegadamente ponemos todos los actores y hechos, sobre una mesa y vamos deduciendo, los pasos de la batalla”.


Batalla que sigue actuando con la pasividad y aceptación de todos los gobiernos, que en realidad, ni supieron, ni saben lo que hacer, salvo “los chinos”, que sí que supieron organizarse e incluso librarse “de su propio virus”; y hoy lo lucen y pasean como su gran victoria, “secreta pero visible a todas luces”.


La realidad del indefenso individuo es más o menos la siguiente: “cree estar en peligro mortal y por tanto asustado (se dice “que ya hay muchos rebeldes y que están abiertamente contra la tiranía impuesta por los políticos, pero hasta hoy poco se nota”), sólo espera ya y en mayoría, “la sopa boba” y la vacuna que lo salve de una muerte que le aterroriza”; no piensa que los que se contagian son una mínima parte de “los monos humanos”, que de estos, luego la inmensa mayoría se curan y vuelven a la vida, con “la normalidad de seres humanos, sometidos a infinidad de otros virus que nos pueden matar igualmente”, puesto que analizando con “la frialdad que se debe”… ¿¡Qué suponen tres millones de muertos que le asignan al virus chino mundialmente, al día en que escribo, y en relación a los siete mil quinientos millones, o más, con que cuenta ahora mismo este miserable planeta!? ¿¡Cuantos mueren al día, sólo por causas de cáncer, del tabaco, del alcohol, de las múltiples drogas, de los otros múltiples virus, incluso del suicidio, la carretera, el corazón y cuantas causas más? La gente no sabe ni quiere saber, que hay incontables causas para morir, que simplemente, “se nace para morir, sólo contará en nuestra vida y por poco tiempo, sólo la fecha del nacimiento y de la muerte”; y lo más importante de todo, o sea, que la propia Creación o Naturaleza, nos dota de “nuestra propia farmacia y nuestro propio médico”, como son nuestras propias defensas naturales, las que nos dicen y nos han dicho, que con ello es más que suficiente para vivir, con ese estado de tranquilidad-intranquilidad, en que debemos vivir los que no somos otra cosa, que, “animales mortales”; pero los que ninguna epidemia producida por “el mono humano”, ha podido borrar del planeta, y yo supongo que ni ha podido ni podrá; “lo que tenga que ser será”, pero y como dice el dicho religioso, “ayúdate que Dios te ayudará”, sólo esto, puede y debe ser más que suficiente para seguir caminando en esta tierra en que nacimos y en la que indudablemente hemos de morir.


Lo que no me produce ya duda alguna, es la que en un principio deduje, o sea, que, “el remedio es peor que la enfermedad”; por tanto pidamos y exijamos que nos dejen salir ya de “la inmensa cárcel donde nos han metido”, que nos quiten ya las mascarillas, que como bozales a muchos ahogan; y que nos dejen volver a la vida que cada cual, tenía o puede tener, que la libertad humana, que nos dio, la propia Creación, que supongo es mucho más sabia, que los insignificantes monos humanos, auto convertidos, en “pobres dioses transitorios”, de unos poderes que no saben controlar, y que han de terminar, como el ratón Mickey de la película “Fantasía”, que tan bien supo presentar las miserias del en realidad… “ratón humano”.

SOBRE LA ESPAÑA ACTUAL:
REPÚBLICAS GUERRAS CIVILES CANALLAS Y OTRAS DESGRACIAS: Hay un dicho contundente y sabio (como tantos otros de la sabiduría popular) que habría que aplicar a ese deleznable hecho (que es sólo uno más) de la horrenda historia de esta nuestra «españa»: dice así: «LA MIERDA MIENTRAS MÁS SE REMUEVE, MÁS HUELE»; por tanto «esa mierda que enmierda a todo el país directa o indirectamente, lo mejor es, «enterrarla y olvidarla»; y guardar lo que de verdad se sepa de ella, para que no se repita JAMÁS… Recuérdenlo hoy los que pronto van a votar en Madrid.


Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y
http://www.bubok.es/autores/GarciaFuentes

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Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

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