El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Lo que yo espero es no desesperarme

LO QUE YO ESPERO ES NO DESESPERARME

Dilecta Pilar:

Certísimo. Abundo contigo en la versión o visión del asunto; coincido básicamente con tu criterio.

Cuido mi corazón lo mejor que puedo, a base de razones (pero él, como va a lo suyo, muchas de las que le brindo las ignora; lo aprendí, sí, de Blaise Pascal).

Ahora, sin el apoyo de las horas de la mañana en el Centro Cívico “Lourdes”, cuyo espacio de ordenadores usaba y ya ha sido clausurado, dependeré de la generosidad de María Ángeles y Pilar, mis ángeles custodios o de la guarda. Menos horas de uso de Internet significa menos tiempo para poder urdir y enmendar los posibles yerros cometidos, pero ya sabes que de ese animal racional que es el hombre (hembra o varón), entre otras virtudes, siempre se ha destacado su capacidad para aclimatarse a las circunstancias, cambiantes, versátiles, volubles, que hay, para adaptarse al medio (ambiente). Eso es lo que, al parecer, me guarda el devenir, lo que me aguarda; así que lo que yo espero es no desesperarme.

Bueno, pues todo llega a su fin, aun siendo tamaño el trabajo. Dos palabras no son nada (aun conteniendo diversas o variopintas derivadas).

Una vez que te has puesto metas o retos, lo importante es coronar el trabajo de la mejor manera posible. Piensa un momento al respecto, porque el “sí o sí” no es ningún argumento ni motivo racional, de peso.

Supongo que todo ese trabajo que has hecho no va a caer en saco roto ni a evaporarse; lo lógico y normal es que quien te lo pidió lo hiciera con un propósito, que el susodicho se aproveche, que se le saque el mejor jugo, aunque ni siquiera tú seas ahora plenamente consciente del por qué ni del para qué.

Reconozco que he tenido la tentación de adquirir un portátil, pero (ignoro si he hecho bien o mal, al no seguir la recomendación de Oscar Wilde, de dejarme vencer por ella) aún no he caído en ella.

¡Felicidades! Coronar cualquier tarea (excepto si esta cursa con o lleva aparejada menoscabo para otra persona), la que sea, las merece.

Pues sí, estamos de luto. Algo nuestro se ha ido con y entre esos escombros, que las máquinas y quienes las manejan andan retirando del abatido o derribado y extinto pabellón de Filología en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad zaragozana. Te agradezco mucho el enlace que me has mandado, pero esta mañana he tenido la oportunidad de ver otra foto, sobre el mismo hecho, en la portada del Heraldo.

Otro (de tu amigo Otramotro).

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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