Pacos

Paco Sande

Los españoles no somos capaces de decirle no a Cataluña.

He leído por ahí que el señor Arcadi Espada, se enfada cada vez que oye a alguien en Madrid, decir, hablando sobre los catalanes, que se vayan, si tantas ganas tienen de independizarse, cuento antes mejor.
Je, je, pobre Arcadi, lo comprendo perfectamente, puesto que me pasa lo mismo cada vez que veo que alguien de los que nos gobiernan le da cancha a los cuatro borregos que se autoproclaman “nacionalistas gallegos”. A estos no hay que darles ni agua.
Menos mal que aquí en Galicia no pasan de ser cuatro necios analfabetos, adulterados por la lectura de panfletos y soflamas al comunismo, a Castro, al “Che” y, cómo no, al por ellos sobre valorado Castelao, al que creen como una especie redentor, un visionario o un genio adelantado para su tiempo, pero que, en realidad, no pasó de ser un escritor mediocre que se subió al carro del nacionalismo para poder vivir del cuento.
Pero volviendo con don Arcadi: lo suyo es muy fácil de comprender, porque la verdad es que resulta desesperante el ver como los españoles tiramos la toalla y dejamos que unos soplavidrios de tres al cuarto nos destruyan una nación que costó cientos de años de “sangre, trabajo, sudor y lagrimas”, construir, y nunca mejor estuvo esto dicho.
Los nacionalistas catalanes se han empeñado, en lo están consiguiendo, en mostrarse ante el mundo, ante España y ante ellos mismos, como la víctimas de un país que no los valora suficientemente, que los subyuga y que todo lo que hace lo hace en contra de Cataluña, y que ésta no tiene mas remedio que romper todos los lazos que la unen a estas gentes que solo desean su mal.
El que haya seguido el programa, “El Gran Debate”, ayer en televisión, habrá podido comprobar todo el anti catalanismo que hay en España en estos momentos.
En una encuesta llevada a cabo para el programa por la empresa Sigma 2, los resultados fueron los siguientes:
A la pregunta «¿quiere que Cataluña siga siendo parte del Estado español o quiere que sea un estado independiente?», el 50,9% de los residentes en Cataluña se mostró proclive a la independencia y el 36,9% dijo que no.
Al hacer la misma pregunta, puntualizando cuál sería la voluntad de cada encuestado «si la independencia catalana supusiera salir de la UE».
En este caso el 47,8% preferiría quedarse en España, mientras que el 40,1% seguiría apostando por un estado independiente.
Cuando la primera pregunta, «¿quiere que Cataluña siga siendo parte del Estado español o quiere que sea un estado independiente?», se trasladó al resto del Estado Español, el 81% de los españoles encuestados respondieron no a la independencia de Cataluña.
Esto demuestra quien es anti quien y donde.
A pesar del nacionalismo de campanario que hoy ha engendrado Cataluña, ese nacionalismo rancio y fanático hasta el tuétano, que nace de unos individuos que creen a pie juntillas que el individuo que habita en otro pueblo, aunque ese pueblo sea el vecino, es un ser inferior con el que hay que compartir el menor número de cosas posibles; a pesar de no sean capaces de darse cuenta que el nacionalismo a la escala que sea acaba empequeñeciendo intelectualmente a la gente, los españoles no somos capaces de decirle no a Cataluña.
La seguimos queriendo como siempre.

Y lo hacemos porque, pese a todo, seguimos considerando a Cataluña una parte de España y el ir en contra de ella es como si nuestra mano derecha machacase a nuestra mano izquierda.

Y como la vemos todavía como lo que es, parte de España, la mayoría de nosotros no queremos que España se desgaje aunque ello conlleve darle algo más a esa Cataluña, que parece insaciable, que lo que llevemos nosotros.

Porque aunque no nos quiera, aunque nos desprecie, no somos capaces de decirle vete.
Ese es el anti catalanismo que hay en España.
Y es que, lo que en realidad hay, es un anti españolismo feroz en Cataluña.
Aunque, quizás, la culpa no haya sido toda suya puesto que esto ya se veía venir cuando los sucesivos Gobiernos de España, desde Suarez hasta Zapatero, pasando por Felipe Gonzales y Aznar, dejaban a los nacionalistas catalanes obrar a sus anchas con tal de que no les molestasen mucho.
Y así se fue criando en las escuelas catalanes un odio y un desprecio feroz hacia el resto de los españoles.
Y aquéllos que, una vez tras otra, advertíamos del peligro que esto iba a traer para TODOS los españoles, éramos tachados de fachas alarmistas.
Bien pues ahí está, este es el monstruo que se ha criado el seno de España e igual que el alíen de la película, reventará hacia fuera matando al huésped y saliendo al exterior para poner más huevos que criaran mas monstruos hasta que al final no quede nada del huésped original.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído