LA ESTRATEGIA DE WASHINGTON FRENTE AL RÉGIMEN CARIBEÑO

La táctica ‘secreta’ de Trump para derrocar a Maduro y los torturadores chavistas: ‘presión creciente’

La administración republicana ejecuta un plan de presión económica y diplomática diseñado por Marco Rubio para forzar una transición democrática en Venezuela

La táctica 'secreta' de Trump para derrocar a Maduro y los torturadores chavistas: 'presión creciente'

Hoy, lunes 26 de mayo de 2025, la administración de Donald Trump ha consolidado una estrategia de presión constante contra el régimen de Nicolás Maduro, que comienza a mostrar resultados concretos en el debilitamiento del gobierno venezolano.

El plan, diseñado por el secretario de Estado Marco Rubio, combina sanciones económicas, presión diplomática y apoyo a la oposición venezolana para forzar una transición democrática en el país caribeño.

La estrategia de Washington se centra en asfixiar económicamente al régimen mediante la no renovación de licencias petroleras, una medida que ha generado tensiones incluso dentro de la administración republicana.

Según fuentes cercanas al gobierno estadounidense, Ric Grenell, enviado especial de Trump, había propuesto prorrogar la licencia de Chevron en Venezuela para «aceitar» sus contactos con Maduro y facilitar la liberación de once presos políticos estadounidenses.

Sin embargo, Rubio se impuso en esta pugna interna y confirmó a través de su cuenta en X que «la licencia petrolera pro-Maduro Biden en Venezuela expirará según lo programado el próximo martes 27 de mayo». Esta decisión ha sido respaldada personalmente por Trump, quien ha ratificado que su objetivo político es «forzar una transición democrática en Venezuela».

La oposición venezolana coordina con Washington

La resistencia política contra Maduro ha encontrado en la administración Trump un aliado fundamental. Los cinco opositores al régimen caribeño rescatados recientemente de la embajada argentina en Caracas —Magalí Meda, Pedro Urruchurtu, Claudia Macero, Humberto Villalobos y Omar González— ratificaron en una conferencia de prensa en Washington la alianza estratégica que Edmundo González Urrutia y María Corina Machado mantienen con el gobierno estadounidense.

Urruchurtu, responsable de la política exterior de la oposición liderada por Machado y González Urrutia, agradeció especialmente el protagonismo de Marco Rubio frente a las «sistemáticas violaciones a los derechos humanos» perpetradas por el régimen de Maduro. El secretario de Estado, con el respaldo de Trump, «ya diseña otras medidas para asfixiar al régimen, lograr la libertad de los presos políticos y forzar la transición democrática en Venezuela».

La estrategia conjunta entre la oposición venezolana y Washington contrasta con la postura de otros países de la región. Urruchurtu cuestionó la «prescindencia diplomática» de Brasil, México y Colombia, gobernados respectivamente por Lula da Silva, Claudia Sheinbaum y Gustavo Petro, quienes han mantenido una posición más ambigua frente a la crisis venezolana.

El impacto económico de las sanciones

La presión ejercida por el gobierno de Trump ya está teniendo un fuerte impacto en la economía venezolana, excesivamente dependiente de la producción petrolera. La posibilidad de una nueva recesión en el país caribeño depende en gran medida de la decisión de Washington sobre los permisos para que petroleras internacionales puedan operar en Venezuela.

Además de Chevron, otras compañías como la española Repsol, la francesa Maurel&Prom y la italiana Eni tienen licencias que expiran este martes 27 de mayo. Estos permisos, otorgados en 2022 por el expresidente Joe Biden, permitían la operación de estas empresas pese al embargo petrolero impuesto por Trump en 2019, durante su primer gobierno, como parte de su estrategia para desalojar a Maduro del poder.

«Tanto los contratistas como la propia Chevron llegaron a pensar que era el final, y ahora en los últimos días se ve nuevamente el inicio del ping pong», explicó el economista de la Universidad Rice de Texas, Francisco Monaldi, en un foro sobre el tema. «Debe ser realmente difícil para ellos y para los contratistas en el terreno saber lo que va a suceder», añadió.

Los aliados internacionales de Maduro

Mientras Trump intensifica su ofensiva contra el régimen venezolano, Maduro sigue contando con el apoyo de potencias como Rusia, China e Irán, así como de figuras políticas europeas como el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero.

Según declaraciones del exdirigente de la Asamblea Nacional venezolana Julio Borges, «el papel de Zapatero es muy lamentable, porque al final termina siendo un soporte no solo de Maduro, sino un soporte de países que tienen esta agenda en Iberoamérica. Es decir, un soporte que directamente beneficia a China, a Rusia, y a Irán».

Borges subraya que «Maduro no se mantiene en el poder por fuerzas internas, sino por fuerzas exógenas que tienen una agenda geopolítica a través de Venezuela». La conexión entre Venezuela y estas potencias es evidente: «Si sumamos las reservas petroleras de Venezuela, Irán y Rusia, superamos el 40% de las reservas mundiales. Sin lugar a dudas hay mucho más que una alianza política. Maduro entrega territorio, riqueza, a cambio de estar en el poder».

Zapatero, por su parte, ha defendido recientemente un acercamiento con Rusia por parte de la Unión Europea, manifestando que «es esencial para Europa, antes o después, ojalá sea cuanto antes porque la guerra ya habrá terminado», el hecho de «establecer un marco de relaciones con Rusia». El expresidente español también ha subrayado que «por supuesto» que España y la UE tienen que retornar a tener una relación con Rusia ya que «habrá un post-Putin».

Perspectivas de futuro

La estrategia de presión constante de Trump parece estar dando resultados, generando fracturas dentro del propio chavismo y debilitando la posición internacional de Maduro. La combinación de la presión económica a través de las sanciones petroleras y el apoyo decidido a la oposición liderada por Machado y González Urrutia podría acelerar una transición democrática en Venezuela.

Sin embargo, el respaldo de potencias como Rusia, China e Irán, junto con el apoyo político de figuras como Zapatero y la ambigüedad de gobiernos regionales como los de Brasil, México y Colombia, complican el escenario. La batalla por el futuro de Venezuela se libra no solo en Caracas, sino también en Washington, Moscú, Pekín y otras capitales mundiales.

En este contexto, la decisión de Trump de no renovar las licencias petroleras el próximo 27 de mayo marcará un punto de inflexión en su estrategia contra Maduro. La medida podría profundizar la crisis económica en Venezuela y aumentar la presión sobre el régimen, pero también podría fortalecer la influencia de China y Rusia en el país caribeño, como advirtió Grenell en su fallido intento por convencer a Trump de prorrogar la licencia de Chevron.

Lo que está claro es que la administración Trump ha decidido apostar por una estrategia de presión máxima, confiando en que el deterioro económico y el aislamiento internacional terminarán por forzar una transición democrática en Venezuela. El tiempo dirá si esta apuesta logra el objetivo de derribar a Maduro o si el régimen, con el apoyo de sus aliados internacionales, consigue resistir una vez más.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído