EL rollo de EL Royo; adoptar a un niño.

Algunos saben lo que cuesta tener un hijo adoptivo. Con frecuencia más que concebirlo. Algunos saben lo que se desea a un hijo adoptivo. Con frecuencia mucho más que a uno natural. Algunos saben lo que cuesta sacar adelante a un hijo adoptivo, con frecuencia mucho más que uno natural. Algunos saben lo que se quiera a un hijo adoptivo, con frecuencia mucho más que a uno natural.
Lo que es mucho más difícil saber es lo que siente, cómo lo siente y cómo lo sufre o lo disfruta un hijo adoptivo. ¿Cómo saber qué siente cuando se ve solo, qué piensa cuando le abrazas, qué pasa por su interior cuando tienes que reprenderlo, cuando le prohíbes hacer algo, cuando le contrarías?
¿Alguien sabe qué química rezuma el cerebro de un niño de, pongamos, dos años cuando se siente abandonado por sus padres? ¿Y cuando se siente acogido, querido y atendido por dos desconocidos que aspiran a sentirse sus padres?
¿Alguien sabe cómo diantres late el corazón de un niño de siete años cuando ha sido apartado de sus padres, entregado a una pareja nueva, llevado a un centro de acogida, entregado a una tía, luego a su madre y vuelto a entrega a un centro de acogida?
¿Alguien sabe qué puñetera opinión le merecerá este mundo a Diego, el niño de El Royo? ¿Alguien sabe qué rumbo tomará su vida cuando la sociedad ya no esté, tan insistentemente, detrás de él “protegiéndole”?

GRAN SELECCIÓN DE OFERTAS MULTI-TIENDA

CONSOLAS

ACTUALIZACIÓN CONTINUA

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Pedro de Hoyos

Escribir me permite disfrutar más y mejor de la vida, conocerme mejor y esforzarme en entender el mundo y a sus habitantes... porque ya os digo que de eso me gusta escribir: de la vida y de los que la viven.

Lo más leído