Complejos paraguayos, racismo a la inversa

Conste que pese a lo poco que me interesa el fútbol estoy deseando que llegue el partido de esta tarde. Antes tengo una comida de despedida con compañeros a los que admiro, de los de antes, de los que ya no quedan, y en cuantito acabe iré a ponerme delante de la tele, con un kilo de palomitas.

Lo que más me llama la atención y me proporciona entretenimiento suficiente para reírme hasta la hora del partido es la reacción de algunos periódicos paraguayos; es lo que tiene Internet, que te enteras de todo. Parece ser que algunos editores a falta de mejores noticias que llevar a la portada se hacen eco de las memeces que algunos exaltados aficionados españoles escriben en los foros. Repito: es lo que tiene Internet, que te enteras hasta de lo que escriben cuatro analfabetos incapaces de juntar letras que no sean de ofensa, insulto y desprecio a los demás. Pa eso que no la hubieran inventado.

Lo estúpido es hacerse eco de lo que piensan esos analfabetos, mendrugos mentales, iconoclastas de la literatura e iletrados con teclado a su disposición y llevarlo a primera plana. Institucionalizar la estulticia, vaya, y perdonen el jeroglífico. Falta de imaginación paraguaya, falta de profesionalidad o mentecatez periodística, a elegir. O ganas de provocar el nacionalismo más bajo y chabacano con tal de vender más periódicos. Llamarnos gallegos (una alusión a la oleada de inmigrantes de esa región que desembarcaban a millares en Sudamérica durante una etapa de la historia) es ofendernos y faltarnos al respeto a nosotros y a ellos mismos, hijos también de “gallegos” de cualquier parte del mundo. Entrecomillo la palabra porque no la uso en su sentido original, como gentilicio, sino como crítica al sentido despectivo que la prensa paraguaya le da en esta ocasión. Se olvidan de que, menos los indígenas que queden, todos ellos son también “gallegos” o hijos de “gallegos”.

Primero, generalizan la opinión de cuatro españoles rebuznadores y sustituyen con ella la discretísima, educadísima y respetuosísima opinión del entrenador español, de los jugadores y de la Federación. Y segundo tomándola como opinión de España, así, en general, muestra la prensa paraguaya sus limitaciones y sus complejos patrios, poniéndose la venda antes de una herida futbolística que todavía no sabemos si van, o vamos, a recibir.

Que gane España, la España de gallegos, catalanes, vascos, castellanos… y así hasta diecisiete regiones. Y que a la prensa paraguaya le den por donde se pone el sol.

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Pedro de Hoyos

Escribir me permite disfrutar más y mejor de la vida, conocerme mejor y esforzarme en entender el mundo y a sus habitantes... porque ya os digo que de eso me gusta escribir: de la vida y de los que la viven.

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