Medios de comunicación competidores de El País publicaban reportajes contra él para dañar la imagen de su rival en los kioskos

Matías Cortés, abogado de poderosos atrapado entre los fuegos de las guerras mediáticas

Recientemente fallecido, vivió en primera fila el caso Sogecable que casi acaba con PRISA o el asalto Sacyr-BBVA

Matías Cortés, abogado de poderosos atrapado entre los fuegos de las guerras mediáticas
Matías Cortés.

Fallece uno de los abogados españoles más famosos del sector de los consejos de administración: Matías Cortés Domínguez, presente en el sector bancario, por sus vínculos con los hermanos Botín, en el comercial por sus vínculos con El Corte Inglés, en el inmobiliario por sus vínculos con constructoras como Sacyr Vallehermoso o en el mediático por sus vínculos con Jesús Polanco.

En El País le despedían el pasado domingo artículos de obituario de Juan Cruz en la versión digital y del ex presidente del Gobierno Felipe González y el ex directivo de PRISA, Augusto Delkader, en la versión impresa, cargados del cariño, aunque con alguna referencia merecedora de alguna matización. Sorprende la insistencia de que no perteneció a grupo de poder alguno, cuando precisamente Matías Cortés se codeaba con figuras bastante poderosas y, en el caso de Delkader, su referencia a que “no militó en partido político alguno” es, directamente, inveraz. Puesto que no sólo militó en el Partido Popular sino que fue miembro de su primera ejecutiva en los tiempos del Conde de Motrico y de Pío Cabanillas Gallas, matriz de UCD.

Por ello cuando en la célebre junta del Grupo PRISA de marzo de 1977 son liquidados los ‘fraguistas’ (Sebastián Carpí, Manuel Milián, Carpintero, Jiménez Torres) y entran, entre otros, Matías Cortés, algunos medios titularon con desacierto que ‘el Partido Popular controlará El País’, algo que los hechos desmentirían en poco tiempo.

Pero no fue hasta los años ochenta cuando empezaron a publicarse reportajes sobre su persona como “un abogado oscuro del poder”. El primero fue Raúl Heras a raíz de la crisis del Banco Coca en reportajes de Diario16, aunque después vendrían la revista Época de Jaime Campmany o, especialmente El Mundo de Pedrojota Ramírez con Jesús Cacho como primer espada. El problema de algunos de aquellos reportajes y columnas sobre él es que ya estaban contaminadas por las guerras mediáticas del periodo 1992-2008 y que estaban caracterizadas por las exageraciones en ambos bandos (cuando no directamente deformaciones) y en la que los líderes de los directivos de medios rivales eran presentados por sus enemigos como monstruos y sus periodistas como meros sicarios.

Matías Cortés fue blanco de informaciones que bien podían ser misilazos de aquellas batallas económicas de empresas periodísticas. Luis María Anson amenazó en un artículo en ABC en diciembre de 1993 con publicar la lista de clientes de Matías Cortés que eran favorecidos en las páginas del diario El País. Por su parte el diario El Mundo publicó en noviembre de 1998 que Matías Cortés había pegado grandes pelotazos (junto a Navalón y el ex presidente Adolfo Suárez) por ejercer de intermediario en acuerdos comerciales de grandes empresas de sectores estratégicos como el  hidroeléctrico. Y en junio de 2000 publicó en su portada que el dinero del caso Argentia que supuso la primera condena a Mario Conde se lo había llevado, entre otros, Matías Cortés (“Navalón y Matía Cortés se lucraron con los 600 millones de Argentia”, rezaba el titular pedrojotiano).

Pero si Matías Cortés tuvo un enemigo claro fue el abogado Javier Sainz Moreno, el pasante que le robó sus agendas en 1986 y que se hizo famoso por acompañar a José María Ruiz Mateos el día que se dio de guantazos con Miguel Boyer con su “yo te pego, leche”. El País no perdía ocasión en recordar que Sainz Moreno estaba condenado por aquel robo a Matías Cortés. Y no parece casual que fuera, precisamente, ese mismo Sainz Moreno, el autor de la primera querella que se personara en el llamado caso Sogecable para pedir el encarcelamiento de toda la cúpula de PRISA, a la que pertenecía su viejo enemigo Matías Cortés. Para El País la motivación de Sainz Moreno a personarse en aquel caso era aquella batalla personal. No obstante su querella no debió parecerles muy sólida a los otros archienemigos de PRISA como Jesús Cacho o Antonio García

Trevijano que decidieron presentar sus propias querellas ante su sospecha de que la de Sainz Moreno iba a acabar archivada en una batalla en la que parecían darse la mano contra PRISA figuras de los confusos entornos de Mario Conde, Ruiz Mateos y el Gobierno del PP. Al final ninguno de aquellos pleitos logró acabar ni con Polanco, lo que fue clasificado como un éxito de Matías Cortés (“el abogado que salvó a Polanco”) en palabras de distintos medios.

No fue el última contribución de Matías Cortés al ‘salvamento’ de PRISA. También se le atribuye un importante papel en su transformación de 2009-2010 que finalizó con su salida a Bolsa en Estados Unidos y la inyección de 600 millones de euros que evitaron la quiebra del a compañía ante el desastre de la OPA. Su retirada del grupo de produjo en 2014 tras muchos otros episodios que llenaron multitud de entradas de digitales y confidenciales en la red. Ante el fallecimiento de Matías Cortés, El Mundo, el medio que más ataques le dedicó en los años bélicos, se limitaba a un pequeño y respetuoso obituario firmado por Raúl Conde con unas líneas sobre su trayectoria que evitaba mencionar los pelotazos y las comisiones rogatorios con los que le señaló en portada en los años pedrojotianos. Los tiempos pasan y – a excepción de algún notorio columnista que permanece anclado en esa época – los tiempos en los que un medio acusaba de todos los males de la patria a los directivos de sus medios competidores en el mercado parece haber fenecidos. Quizá porque dejaron de calar esas prácticas entre lectores, espectadores u oyentes como método para fidelizar al público.

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Autor

Juan F. Lamata Molina

Apasionado por la historia en general y la de los partidos políticos y los medios de comunicación en particular.

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