Con el veterano rey Juan Carlos postrado en el lecho del dolor y un trasiego continuo y calculado de reales parientes por el hospital, a los cotillas de la prensa rosa no les queda otra que hurgar hasta el fondo en el asunto y, a falta de sustancia, dejar correr la imaginación.
Publica Pilar Eyre, este 28 de agosto de 2019, que Su Majestad Emérita no perdona a la Reina Emérita haberle negado el divorcio cuando este se lo pidió y cita como fuente a ‘anonimos’ amigos del viejo monarca:
«Debería haberse separado cuando se lo propuso su marido, las cosas ahora estarían más claras».
Y hay quien se sorprende ante la primicia, porque el rumor anterior era que fue el rey Felipe VI quien se negó en redondo a la separación de sus padres:
«Actuó así a instancias de su madre. Don Juan Carlos ha sido un mal marido, pero a ella le gusta mucho ser Reina».
Eso dice Pilar Eyre que le han contado. Vaya usted a saber. Porque el también periodista Gustavo González, nos viene con que el emérito tiene motes para sus más cercanos, especialmente para sus yernos, Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarin, y su nuera Letizia.
Al marido de la infanta Elena lo llama ‘Ken’, por su afición a la moda y a ir siempre hecho un pincel, mientras que se refiere al esposo de la infanta Cristina como ‘brazos largos’, por sus 197 centímetros de estatura. También dice que don Juan Carlos se refiere a la mujer de Felipe como ‘la Leti’, haciendo alusión a sus orígenes humildes y plebeyos.
El Rey continúa su recuperación en el Hospital Quirón Salud Pozuelo de Madrid, donde el pasado sábado fue intervenido del corazón. Durante estos días, el Monarca ha recibido la visita de sus más allegados: mujer, hijos y nietos.
Y añade González que el viejo monarca está arropado por la compañía de una amiga:
«Es una mujer que está siempre dándole la mano. No es conocida para nada, pero sale en un libro. Pasa muchas horas en el hospital, pero no ha coincidido con doña Sofía. Se conocen desde hace 30 años».
«Felipe sí conoce a esta persona. Considera que, si le da apoyo y cariño a su padre, está bien».
¡Virgen santa! ¡Qué lío!