Uno pensaría que si una televisión pública va a dedicar un espacio a hablar del controvertido tema de los maltratados policiales a manifestantes, va a intentar que haya una imagen de cierto equilibrio y junto a hablar de los manifestantes heridos, también va hablar de policías heridos o va a tener a algún representante de las fuerzas del orden para que pueda haber dos testimonios de cara al público.
La cosa cambia si esa televisión pública es TV3, donde las reglas cambian. El programa ‘Preguntes Frequents’ que produce El Terrat para TV3 se centró en su edición de este fin de semana en sentar a expertos para que hablaran de lo malísima que era la policía española frente a lo pacíficos que eran siempre los manifestantes antisistema o independentistas.
David Ballester insistía mucho en que la violencia siempre era provocada por policías. También había una de ‘Arrán’, Nuria Martí, con el discurso habitual de defender los sabotajes del Tsunami y los CDR y negando que existieran «los derechos individuales» porque por encima de todo estaba la razón «porque la tienen» (sólo le faltó decir «por mis coj…»).
«Los límites no son nunca los derechos individuales ni la ley; nuestro límite es la razón, porque la tenemos»
Sólo faltaba el pequeño Nicolás y su lazo amarillo.
Según @FAQSTV3, Núria Martín, portavoz nacional de Arrán (“podemos pisotear derechos individuales y saltarnos leyes impuestas porque tenemos la razón”) lleva “la revolución en el ADN”, no como vosotros, españolazos de mierda, que solo lleváis la sumisión.pic.twitter.com/zuumkHgAIG
— Комиссар (@Casfetera) November 17, 2019
Pero quién más se ganó el sueldo fue Beatriz Talegón, que no dudó en sacar a la palestra el discurso antipolicial y, de paso, contra todo el Estado represor fascista español:
«Al estado [España] lo que más miedo le da es la gente pacífica».
«En el resto del territorio español se desconoce la brutal represión que está viviendo Cataluña como se ha desconocido desde todos los territorios la que ha sufrido el País Vasco durante 40 años».
«Se ha desconocido lo que le pasó a Alfon. A Alfon la policía le amenaza, le exige que delate a compañeros suyos del grupo antifascista al que pertenece y como se niega, la policía le amenaza y de que le iban a acusar de tenencia de explosivos, que es lo que le pasa y le cae la condena (…). No tenía nada de nada y nunca pudieron demostrarlo (…) No tuvo posibilidad de demostrar la inocencia. Y Alfon se ha comido una condena de 4 años de prisión sin pruebas. (…) Esto sigue pasando. Chavales que van sin mochila, pero la policía les encasqueta mochilas».
«Torturas y barbaridades muy gordas, van a por todos y si ven que no hay nada se lo inventan. Esto es una vuelta de tuerca a nivel sistémico para aplacar nuestros derechos».
De esta manera la ex militante del PSOE, que pasó luego a ser ex simpatizante primero del izquierdismo podemil llamazariano garzoniano, después simpatizante de Ciudadanos, después de UPyD, trató sin éxito regresar al PSOE como sanchista y acabó en el independentismo primero con ERC y ahora con Junts, acusaba abiertamente a la policía española de ser una organización criminal que se dedicaba detener gente fabricando pruebas falsas.
Lo grave no es que Talegón afirma ese tipo de cosas (sin pruebas), lo grave es que el programa no se moleste en tener a alguien que pueda darle la réplica al menos ante tamañas acusaciones. Lo único que había era un Rodolfo Irago que lo máximo que se atrevió a decir fue que «confiaba en la justicia española» y casi con la cabeza gacha y pidiendo perdón.
La responsabilidad no es sólo de TV3, es de la corpo que la controla (cuya presidenta, Nuria Llorach, anda estos días zurrando de lo lindo a Atresmedia y Mediaset, olvidando aquello de ‘paja en ojo ajeno’), y del silencio de todos los políticos que representan a ciudadanos catalanes y callan.
Que tomen nota Ignacio Garriga y Juanjo Aizcorbe, que de momento, no parecen haber expresado queja alguna después de que en el programa ‘Está Passant’, Marc Giró hiciera, bajo la excusa del humor, un llamamiento a los catalanes a desconfiar los unos de los otros porque entre ellos estaban los 200.000 votantes catalanes de Vox.