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Oposición frontal a los más de 100 actos por los 50 años de la muerte de Franco
Un centenar de firmas de la sociedad civil española han suscrito un manifiesto en el que denuncian el aquelarre antifranquista impulsado por Pedro Sánchez con el que, además, pretende tapar su nefasta gestión al frente del Gobierno.
Cayetana Álvarez de Toledo, Rosa Díez, Nicolás Redondo, Federico Jiménez Losantos, Fernando Savater, Arcadi Espada, Esperanza Aguirre o José Luis Corcuera son algunas de las personalidades que han puesto su rúbrica al texto que lleva por título: ‘La Constitución es la única celebración posible’.
Arranca el texto de esta manera:
Es bien sabido por todos que celebrar en este 2025 ‘Cincuenta años en libertad’ con cien o más actos, es sólo el subterfugio para celebrar la muerte de Franco y también la penúltima de las mentiras de quien los promueve, el presidente de gobierno Pedro Sánchez.
Ni la libertad empezó en España hace cincuenta años ni desenterrar el espectro de Franco logrará dividir a los españoles en dos bandos, como es su propósito. Con este su ‘a moro muerto gran lanzada’ no hace Pedro Sánchez sino recordar una desdichada realidad: el prolongado fracaso de la oposición para acabar con un dictador decrépito y sanguinario que murió en la cama y la soledad y sacrificio de los pocos y heroicos luchadores que lo combatieron.
Llegó al gobierno enfrentando a todos con todos y hoy como entonces camina apoyado en el báculo de la mentira. Con la Guerra Civil perdida para la República, su Presidente Manuel Azaña pronunció su célebre ‘Paz, piedad, perdón’. Dirigió esas palabras a todos los españoles, sin distinción de bandos. Sabía que ese era el único camino de la reconciliación tras una guerra que había abierto heridas muy hondas en todas las familias españolas, en un país partido por la mitad.

Denuncian que Sánchez ha resucitado un tono guerracivilista del que ya nadie tenía constancia:
Casi noventa años después el Presidente de Gobierno Pedro Sánchez ha decidido hacerlas suyas, en un tono guerracivilista ya olvidado: ‘Ni paz ni piedad ni perdón; perdón solo para los nuestros, piedad únicamente para los míos y paz para nadie’. Llegó al gobierno enfrentando a todos con todos y hoy como entonces camina apoyado en el báculo de la mentira.
Sus siete años de gobierno han sido los de la corrupción política e institucional más grave de nuestra democracia. A ella ha sumado ahora la mistificación histórica y su miserable recurrencia a la Guerra Civil y a la ‘memoria histórica’, consistente en olvidar lo que no le aprovecha y recordar lo que le conviene.
A un tiempo muro y cortina de humo. Un muro entre españoles y la cortina con que trata de ocultar toda su miseria personal, política y moral, y la de su entorno, y cuantos procesos judiciales lo acorralan por corrupción.
Recuerda el manifiesto que los españoles ya hace tiempo que desterraron la guerra y la dictadura y que todos renunciaron a la venganza o, en su caso, al poder que habían disfrutado:
La inmensa mayoría de los españoles decidió dejar atrás definitivamente una guerra y una dictadura en la que no pocas de sus víctimas habían sido victimarios, en la que el dolor de unos no se podría comprender ni perdonar sin perdonar y comprender el de los otros. Quienes habían perdido la guerra renunciaron a la venganza y quienes la habían ganado, al poder que disfrutaban.
Sin memoria no hay justicia y sin olvido no hay paz. Reparar solo a unas víctimas es despertar en las otras los agravios, y olvidarse de estas, la mayor de las injusticias. Las víctimas son de todos, la memoria es personal e intransferible y la verdad es una tarea común.
Termina el texto apelando a los demócratas y a los partido políticos a boicotear todos los actos promovidos en torno a la figura de Franco:
Hacemos desde aquí un llamamiento a todas y todos los demócratas, y en especial a las fuerzas políticas, a boicotear cuantos aquelarres se promuevan en torno a Franco por aquellos que dicen celebrar la libertad echando mano de la discordia, su mayor amenaza, y la reconciliación, promoviendo el encono civil. Los españoles ya estamos reconciliados. Lo hizo una abrumadora mayoría, y dio a ese pacto el nombre de Constitución de 1978. La única fecha de celebración posible y deseable».

