Con una habilidad para el análisis como el que nos tiene acostumbrados, Miquel Giménez desentraña la resaca electoral andaluza en clave de pedir dimisiones…
Y es que, tiene razón el catalán, además de un ganador descomunal –Juanma Moreno Bonilla y el PP-, en Andalucía solo han quedado cinco derrotados. Algunos de ellos, incluso, con un sopapo del que tardarán en recuperarse y otros, a los que el golpe directamente les ha enterrado.
En el primer caso están los socialistas, con un Juan Espadas malísimo y con una estructura e imagen fuertemente dañadas en el país y en la región. Pero nos vamos a centrar, por Giménez, en otros, los de Ciudadanos: heridos de muerte, esta vez sí que sí.
Juan Marín pasará de vicepresidente de la comunidad a volverse a su casa, al ostracismo, a la desaparición política. No lo hizo tan mal en la campaña ni en la legislatura, pero las siglas le arrastraron al fondo del Mediterráneo o del Atlántico, según la provincia. Y es ahí donde incide el columnista de VozPópuli, en mirar la respondabilidad que en todo esto tiene la presidenta del partido, Inés Arrimadas. Y ya les avisamos, que no va con medias tintas Giménez:
«Aunque solo fuese por vergüenza torera Arrimadas debería dimitir y convocar un congreso del que surgiera un nuevo líder. Que la cuenta de resultados de la chiquilla es para hacérselo mirar: elecciones al parlamento catalán, de 36 a 6; Madrid, de 26 a cero; Castilla y León, de 12 a 1 y en Andalucía de 21 a ná de ná. Los números demuestran que Arrimadas es veneno para su partido, ese que empezó a cargarse cuando, aprovechando que el IBEX había decidido defenestrar a Albert Rivera, se puso pesadísima con dejar Cataluña e instalarse en Madrid».
Bestial.
Y aunque duda el analista que esto vaya a suceder, tiene una propuesta que hacer a los naranjas:
«Dudo mucho que dimita, pero si C’s tiene alguna posibilidad es poniendo al frente a alguien como Edmundo Bal y olvidándose de la Corte de Faraón que ha llevado a la gran esperanza liberal española a una mesa de café de pueblo donde juegan al tute haciéndose trampas».
Arrimadas queda para la tele
Quizás el nuevo futuro de Inés Arrimadas está más en la tele que en le Parlamento.
A lo mejor en ese medio se desenvuelve mejor, vista la situación que tiene encima.
Ya le dijo Ferreras que lo de Ciudadanos pintaba de pena y ella se salió con un simpático «no seas cenizo». De aquí a colaborar cada sábado en La Sexta Noche, hay un solo paso, dejar la política.
