Warren Buffett no defraudó el pasado sábado cuando en su carta anual a los inversores de Berkshire Hathaway dejó claro que la entidad tiene «la escopeta cargada» y que «su dedo está en el gatillo con ganas de disparar» … Y ya se sabe que cuando el Oráculo de Omaha abre su cartera no deja indiferente a nadie.
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