El periodista Marcos Ondarra (The Objective) comenta en el 24×7 de PERIODISTA DIGITAL los pufos del Ministerio de Igualdad y cómo la izquierda ha utilizado esta bandera para crear chiringuitos.
Ha señalado que pese a la inversión millonaria en políticas impulsadas por partidos de izquierda y extrema izquierda, esto no está teniendo ningún efecto para proteger a las mujeres. De hecho, ha destacado que las cifras de agresiones y abusos sexuales con penetración.
“573 millones de euros en 2024 porque se prorrogó los Presupuestos respecto a 2023 cuando costó eso. Pero hay que tener en cuenta que no solo es el Ministerio de Igualdad sino que son miles de millones de euros que se movilizan año tras año en los fondos del pacto de Estado contra la violencia de género, en las políticas de igualdad, en subvenciones a chiringuitos feministas ¿para qué? Pues ahí están los datos: se han batido récords en agresiones y abusos sexuales con penetración y por otro lado, los feminicidios se mantienen en una inercia estable porque las políticas de igualdad no se revisan”.
Explica que gran parte de estos resultados se deben a una premisa falsa, la de que esos hombres que matan a las mujeres lo hacen por el hecho de ser mujeres sin tomar otros factores en cuenta. Sin embargo, cambiar la “no están dispuestos a caerse de la burra porque han logrado convertir un drama en un negocio -como dice Samuel Vázquez- y el negocio ahora mismo depende de que el drama siga existiendo. En el momento en que se deje de asesinar mujeres, de violar, no tendría sentido el Ministerio de Igualdad, es la pescadilla que se muerde la cola”.
Resalta que acabar con estos chiringuitos no redundan ni son una negación del problema. Pone el ejemplo de la Argentina de Javier Milei que a un año de haber eliminado el Ministerio de Igualdad de ese país, ha logrado reducir los feminicidios.
“En el momento en que te quitas a las sanguijuelas del Estado que viven del dolor de las mujeres, que han hecho un negocio del dolor de las mujeres y delegas estas cuestiones en criminólogos, en policías y en otros expertos, puede que comiences a atajar el problema. Y siempre desde la apertura ideológica a considerar otras posibles causas como el alcoholismo, el estrés laboral, la fragmentación familiar, la importación de culturas que son hostiles hacia la mujer; hay muchas causas que explican la violencia contra la mujer pero las mujeres del Ministerio de Igualdad no están dispuestas ni siquiera a contemplarlas. El problema es el machismo, la cultura de la violación, el heteropatriarcado y cuestiones abstractas. Están disparando a fantasmas que nos cuestan miles de millones al año y no van a solucionar nada porque no están capacitadas para ello”.