El historiador Hugh Thomas y la mujer de Clegg

«Parece que Inglaterra depende de una tal Miriam»

"Parece que Inglaterra depende de una tal Miriam"
Hugh Thomas.

Es inconcebible la clase de ejemplo que dan al público en general esos autoproclamados ordinarios de los medios de comunicación

Parece que Clegg tiene el poder en sus manos, es el titulo del artículo de opinión que el historiador hispanista y colaborador de ABC, Hugh Thomas, escribe en el diario de Vocento.

Thomas hace un recorrido histórico de los últimos trece años del gobierno inglés y destaca la importancia de Nick Clegg, que ganó todos los debates televisivos y superó las presiones mediáticas de algunos presentadores y periodistas nacionales.

Estas son algunas de sus apuntes:

Parece que en Inglaterra todo depende ahora de una señorita de Olmedo ya que el líder liberal-demócrata, Clegg, está casado con una tal Miriam que seguro que le influencia como lo hacen las mujeres de los políticos y que procede de ese famoso pueblo castellano.

Parece que Clegg tiene ahora el poder en sus manos en Inglaterra, pero nadie sabe qué hará con él.

Los conservadores lo hicieron maravillosamente bien arrebatándoles cerca de 100 escaños a los laboristas y logrando más votos que nadie, pero no fue suficiente para otorgarles la mayoría en la Cámara de los Comunes, el objetivo más importante. Asimismo, estuvieron bien dirigidos por un nuevo líder, David Cameron, un hombre culto y bien instruido. Lo afirmo ya que me dijo que mi libro «La Guerra Civil» española era una lectura obligatoria para él en Eton.

El significado del socialismo moderno inglés debe de ser un misterio para los teóricos políticos. Parece que vive de la idea de que el capitalismo puede ser una empresa amistosa si se regula bien. Ya nadie sueña con la «nacionalización de los sectores básicos de la economía» y casi nadie es partidario de la alianza estadounidense, como lo era Tony Blair, y de forma tan espectacular.

En cuanto a los liberal-demócratas, Clegg tuvo un gran éxito en los debates televisivos, parecía un espíritu nuevo, aunque su procedencia sea más o menos la misma que la de Cameron: un buen colegio privado y Cambridge (Oxbridge como se dice ahora).

Las elecciones permanecerán en nuestras mentes por dos cosas: primero por la práctica desaparición de la campaña electoral local. No hubo ningún mitin en mi distrito electoral de Kensington, aunque tenemos un buen diputado que es muy buen orador, Malcolm Rifkind. También se las recordará ya que en más de una ocasión los entrevistadores televisivos, como Andrew Neil y Jeremy Paxman, se comportaron de una manera extrañamente grosera con los políticos, quienes en general reaccionaron con cortesía. Es inconcebible la clase de ejemplo que dan al público en general esos autoproclamados ordinarios de los medios de comunicación.

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