En todas las portadas ocupa más espacio la conmemoración oficial de la Constitución de 1812 que el cuádruple asesinato de judíos en Toulouse (Francia), pero nos parece que éste es más importante que los discursos reales y que los comentarios en torno a él se moverán en la unanimidad, mientras que el aniversario constitucional traerá opiniones más diversas.
Por ejemplo, el paladín del liberalismo con micrófono (Jiménez Losantos) ha arremetido contra los Borbones y los políticos, recordando el comportamiento abyecto de Fernando VII y de la clase gobernante de 1812.
En la cadena SER se ha aprovechado la ocasión para pedir la reforma constitucional, como si todavía se creyesen el programa de Zapatero, que pretendía, entre otras cosas, cambiar la palabra minusválido por discapacitado.
Los asesinatos en el colegio judío han conmocionado a Europa occidental. Y en España se ha recurrido a los tópicos de costumbre: ¿estamos ante el resurgir del antisemitismo en el continente?; ¿hay que controlar más la posesión de armas?; los jefes y los votantes de los partidos calificados de extrema derecha, ¿son culpables como inductores?; ¿son ciudadanos como los demás los judíos, pese a que lleven siglos asentados en sus países?
La investigación policial ha relacionado el atentado con otros dos ataques cometidos en los últimos días en Toulouse y en la cercana Montauban, a 46 kilómetros, donde murieron asesinados de tres militares, de origen magrebí.
La violencia racista antisemita en Francia se produce desde hace muchos años, desde mediados de los 80, pero se ha recrudecido desde hace poco. Como recuerda Juan Pedro Quiñonero en el diario ABC —Chirac y el Gobierno francés rinden homenaje al joven judío asesinado—
«A raíz de los estallidos de violencia antisemita, entre 2000 y 2005, 145 escuelas y guarderías judías, 198 asociaciones y 235 sinagogas reciben una protección policial muy especial y visible en varios barrios de París, donde los establecimientos judíos deben ser protegidos por fuerzas del orden.»
En El País han aprovechado las nuevas tecnologías para montar un debate titulado ¿Vuelve la violencia política a Europa? Pero, ¿va a recordar alguien que muchos de los atentados, las palizas, las pintadas insultantes y las profanaciones de cementerios judíos en Fracia son cometidos por musulmanes y árabes? —El juicio por el cruel asesinato de un joven judío conmociona Francia—
Durante su quinquenio, Nicolás Sarkozy ha roto con la política pro-palestina de sus predecesores, como Jacques Chirac y François de Mitterrand, y ha girado hacia el apoyo a Israel.
Por ejemplo, el secuestro y asesinato en 2006 del joven judío Ilan Halimi, por una autodenominada Banda de los bárbaros, mayoritariamente negros y musulmanes, mandados por un francés originario de Costa de Marfil. En su juicio, ese jefe vitoreó a Alá.–El embajador de Israel denuncia las viñetas de El País, «más propias de un fanzine neonazi que de un diario serio»—
Y si nos trasladamos a España, recordamos entre los delitos racistas la banda de violadores del parque del Oeste (Madrid), formada por latinoamericanos, que violaba mujeres españolas por el hecho de serlo. También recordamos la acusación de un embajador israelí al diario El País de hacer propaganda antisemita.
De todas maneras, la hostilidad actual contra los judíos revela el fracaso de las políticas de normalización de la presencia judía en Europa. Cuando el Estado pretende reeducar a la población y sustituir la moral por la corrección política, crea monstruos, entre los que destaca la ideología de género.