Cabreo de los viejos progres como Enrique Gil-Calvo, Joaquín Leguina y Raúl del Pozo, con Podemos
Había emoción en la profesión periodística por ver si el domingo 26 de octubre de 2014 El Mundo publicaba la homilía de Pedrojota después del enfado de éste con Casimiro García-Abadillo y cuál sería el contenido de ésta. Y la tribuna se publicó, «y no hubo nada», como en el soneto de Cervantes.
Lo que pasó ayer con Pedrojota es lo que pasa en España desde la Transición: alguien grita mucho, anuncia que va a «tirar de la manta», «sujetadme que lo mato», y al final nada. La función debe continuar. Mientras enciendo el primer cigarrillo, pienso en las palabras de Aznar de los últimos meses, y años, contra Rajoy, que concluyeron en su participación en la campaña de las europeas, o las quejas de Felipe González con Zapatero, pero luego su llamada a cerrar filas en el PSOE, o el libro de Mario Conde ‘El sistema’. A esa lista de valientes se añade ahora Pedrojota.
Por eso, no sorprende que este 27 de octubre de 2014, Pablo Sebastián (Republica.com) le eche en cara al fundador y ex director de El Mundo que se haya vendido a los italianos de RCS en una columna titulada ‘Pedro J., también a palos con Aznar’.
Hete aquí que Pedro J. no se atrevió a denunciar en su artículo dominical de El Mundo su marginación en el 25 aniversario, pero a cambio se lió a palos contra todo el PP incluyendo a su ex amigo íntimo José María Aznar, a quien le pide responsabilidades políticas y la dimisión de su presidencia honorífica del PP ante el espectáculo de la cadena inagotable de imputados y de los datos -doble contabilidad de Bárcenas incluida- de la oscura financiación del PP. Palos a Aznar, palos a Rato, a Cospedal, palos a Acebes, palos a Rajoy, palos a los grandes del IBEX, como el Santander, Telefónica, etc, en suma palos y más palos por doquier para alejarse él del pantano de la corrupción del PP.
Sebastián señala que Pedrojota trata así de separarse de la corrupción de la cúpula del PP, cuando conocemos su historia de amor con Aznar… y Rato, y Zaplana.
Y especialmente del Estado Mayor del Partido Popular en el que Pedro J. siempre ha figurado durante los ocho años de Gobierno de Aznar, presumiendo de haber sido él, y nadie más, el autor de la derrota de Felipe González en 1996. Una posición la suya que le hacía cómplice de todos ellos y le permitía conocer los abusos y andanzas de más de uno, como las de sus íntimos, Matas (hoy preso) y el escurridizo Zaplana (tocado por el yerno), sin que él moviera un dedo como nunca le tocó un pelo a su amigo y delincuente Mario Conde, que tanto le ayudó.
El antiguo director de El Independiente reprocha a Pedrojota que sus ataques a Rajoy tuvieran su origen en que éste no se dejó presionar por sus homilías.
él es corresponsable del aznarismo -hasta imponer la censura en El Mundo contra quien osara criticar a Aznar-, y odia a Rajoy porque no se dejó influenciar por él, como odia a Alierta porque no le ‘regaló’, desde el entonces multimedia de Telefónica, Onda Cero Radio como él pretendió. Mismo motivo por el que arrasó a Juan Villalonga, con quien compartía su avión privado en la boda de la infanta Cristina (y que le hizo millonario a Pedro J. con una operación triangular de Pearson, Unedisa y Recoletos), y una vez que Aznar levantó la veda contra su amigo de pupitre. Tal y como ahora la levanta contra Blesa y Rato, pero temeroso Aznar de que uno de los dos cante contra el presidente de honor del PP y lo arrastre por el fango. Por eso Pedro J. reniega ahora de Aznar.
Y concluye Sebastián acusándole de callar por dinero.
De quien no habla Pedro J. es de los italianos dueños de Unedisa que fueron los que le echaron del diario y los que le arrinconaron en la fiesta del 25 aniversario, porque, dicho está, ha vendido su alma de periodista por una buena indemnización que él creía que incluía primera línea de la foto de la fiesta del diario -a la que nunca debió asistir-, y en la que no figuró.
ahora dispara contra todos los jefes del PP como si fueran unos extraños para él, mientras calla sobre sus amos italianos y mantiene en secreto la verdad sobre su cese que el diario El Mundo no se atreve a publicar.
Sigo con ocultaciones y despistes. David Gistau (ABC) se ríe de la maniobra del PP de Rajoy y Cospedal para meter la corrupción en los bolsillos de Aznar.
En términos freudianos, se está produciendo una matanza de padres. Que en el caso del PSOE resulta más sencilla, ya que tiene un secretario general recién aparecido y además sólo está acuciado por los casos de corrupción que afectan al socialismo andaluz, con su liderazgo propio. En el PP, romper con el pasado es más complicado. Su presidente, que además lo es del Gobierno, es todo él una reminiscencia de los tiempos en los que el partido pretende ahora fijar la zona cero de su corrupción aun cuando ésta desborda hasta fechas más cercanas. La época gloriosa del PP, la que otorgaba al partido músculo dinástico y hondura de memoria, se ha convertido en algo con lo que romper, si es posible dejando atrás, para que el abuelo se apañe con ellos, todos los fardos de podredumbre. Eso, que ya es moverle la estatua a Aznar, aunque no lo haga la UDEF, permite a Cospedal el delicioso ejercicio de cinismo de decirse escandalizada por las noticias de corrupción, como si la más reciente de todas ellas no fuera la de su campaña presuntamente financiada de modo ilegal con dinero B.
SOSTRES: CIU ES «UNA TRAMA» PARA RETENER EL PODER
El Mundo publica hoy otra exclusiva: la fortuna del alcalde de Barcelona, Xavier Trias (CiU), cercana, por ahora, a los 13 millones de euros. Salvador Sostres publica una columna donde asegura que la corrupción del ‘president’ era conocida en ‘Madrit’, pero se consintió a cambio de que CiU respaldase primero al PSOE y luego al PP.
Pujol tenía con el Estado un pacto de impunidad para él y su familia a cambio de que no cruzara la línea roja del independentismo, y así se lo confesó a David Madí cuando empezó a dirigir la carrera política de Artur Mas.
Cuando Pujol apoyó a González en los años de plomo, nadie entendió por qué el ‘president’ asumía tantos riesgos para salvar a quien había promulgado la Loapa y le había intentado meter en la cárcel. Hoy sabemos, como le insinuó el entonces ministro Carlos Solchaga a un importante empresario catalán, que el pacto tuvo sus contrapartidas personales, y que explican que Pujol defendiera al PSOE de un modo tan determinante.
Esto es Convergència. Una trama, un sistema para retener el poder y sacarle todo el provecho. España fue cómplice de ello tanto a través de Felipe como con Aznar
Álvaro Martínez (ABC) se remonta al abuelo de Jordi Pujol, que fue arruinado por la Gran Guerra, para ahondar en la avaricia de la familia.
Corría 1916 y Ramiro Pujol i Rosa, escopeta al hombro, atravesaba la plaza del pueblo ampurdanés dee Darnius completamente arruinado y con cinco hijos después de que el ne-egocio de vender tapones de corcho a loss bodegueros de Champagne se hubiese idoo al garete tras la invasión alemana de Francia. (…) Camino de Premià de Mar, el pe-equeño Florencio Pujol i Brugat (10 años) quizá apartó la mirada de la espalda de Ramiro, se giró y observó cómo Darnius se alejaba. «Esto a mí no me pasa».
Y lo cumplió. El bisabuelo Ramiro fue el último Pujol que las pasó canutas por no tener dinero o por perderlo. A partir de su hijo Florencio, a todas las generaciones de la saga les unen la abundancia de billetes y los problemas judiciales o fiscales por la dudosa procedencia o almacenamiento de esos recursos que la familia ha tratado de ocultar de la molesta mirada del fisco. Gente «discreta» estos Pujol, sometida a una difícil tarea, pues intentar tapar semejante dineral es como querer ocultar un elefante con una toalla de baño. Veamos.
Que sí, que todo esto es verdad, que el padre de la patria catalana es un corrupto sólo superado en Europa por los oligarcas rusos, pero el sentimiento separatista ha arraigado en Cataluña. Màrius Carol (La Vanguardia) explica que docenas de miles de catalanes ya viven como si España no existiese. Y esto no lo va a cambiar nadie.
Un reputado chef de Osona comentó recientemente ante un grupo de personas, entre las que había políticos empresarios y periodistas, mientras servía unos bombones de foie: «No sé por qué os preocupáis tanto por el proceso soberanista, cuando en mi comarca ya vivimos como si fuéramos independientes».
La frase (…) es reveladora de una realidad: en amplias áreas de la Cataluña interior se vive como si estos territorios no formaran parte de España. No sólo porque es imposible ver una bandera española, un retrato del Rey o un televisor que sintonice TVE, sino porque muchos de estos consistorios se agrupan en la Asociación de Municipios por la Independencia y viven sus fiestas con marcado acento soberanista. Es como si hubieran desconectado.
Gabriel Albiac (ABC) encuentra el origen del desastre en la antes santificada Transición, que su generación realizó.
Si supiéramos aún reaccionar. Redención de aquella arrogancia en la cual nos instalamos tras el fin del franquismo. Empeñados en fingir que habíamos inventado el mundo. Y la democracia. Y que éramos más modernos que nadie.
¿Democracia? Democracia es, en lo más estricto, división de poderes. ¿Con qué verdadera división de poderes Mas y sus predecesores en la plaza de San Jaime no estarían en presidio?
¿Modernidad? La modernidad nace con el Estado nación en el último decenio del siglo XVIII. Aquí, ¿qué es lo que hemos visto inventar en política desde 1975? Nacionalismos provincianos, foralismos carísimos, añoranzas proteccionistas en las cuales no hay lugar para ajustar una Hacienda Pública clara. Todo es rancio: en lo financiero como en lo político. Todo, anacrónico Ancien Régime. Lo llamamos nacionalismo, pero es medievalismo carlista. Un viejo mundo polvoriento y cómico.
EL CONGRESO DE PODEMOS, «UN MASIVO SELFIE POLÍTICO»
Podemos ha regresado a las columnas como uno de los temas fundamentales. Los viejos progres están muy cabreados con Podemos, como los viejos señores de derechas cuando la hija les llevaba a casa un novio greñudo.
Enrique Gil-Calvo, otro profesor de la Complutense, esa fábrica de agitadores donde se forma la juventud mejor preparada de la historia de España, atiza en una columna en El País a todo bicho viviente, menos a su PSOE, el pobre, que no ha hecho nada malo. Esto escribe sobre Podemos:
Otra gloriosa mascarada, pero esta vez no individual sino colectiva, es la que han montado Iglesias y Monedero con su puesta en escena de Podemos, como gran movimiento mesiánico predestinado a redimir a España del pecado original cometido por los padres fundadores del régimen de la transición. En este caso su apoteosis performativa se celebró por partida doble. Presencialmente, la semana pasada en el palacio Vistalegre, donde se congregaron miles de fieles para escenificar un masivo selfie político. Y vicariamente a lo largo de esta semana, mientras decenas de miles de followers virtuales confirmaban con su voto electrónico las nuevas tablas de la ley.
Otros veteranos ahondan en las contradicciones objetivas de Podemos: va de anarquista y practica el centralismo democrático, se dice anti-casta y crea una casta. Joaquín Leguina (El Mundo) trata de hacérselo ver a los simpatizantes del nuevo partido:
Podemos no tiene un pasado con aciertos ni errores y hasta ahora se ha aprovechado de que existe mucha gente que antes que racionalidad prefiere soluciones voluntaristas.
Podemos dice ser construido de abajo a arriba. No es así en absoluto y esa falsedad ya ha producido las primeras contradicciones en el seno del pueblo. La tendencia natural conduce a que en breve plazo el pequeño grupo de profesores universitarios que promocionó la idea diseñe un partido al estilo más clásico y deje la participación en manos de internet (una participación más falsa que un duro sevillano). Apoyándose, eso sí, en una estrategia de comunicación impulsada -como hasta ahora- por grupos mediáticos relevantes.
Esta intención de recrear el centralismo democrático ha quedado clara desde el momento en que sus líderes han presentado unos estatutos que plantean una dirección centralizada y jerarquizada. Sería bueno que, en algún momento, quienes se sientan -y con tanta razón- engañados, humillados y ofendidos se pregunten: «¿Debo dejar que mi cabreo lo administre un grupito de universitarios radicales y prepotentes?».
Y Raúl del Pozo (El Mundo) tuerce el gesto ante el supuesto sometimiento de los jerarcas a las bases:
Le digo a uno de ellos: «Eso de los círculos, asambleas y discursos callejeros suena a la CNT». «No, es puramente gramsciano: los consejos de fábrica de Turín», me dice. Y entonces recuerdo aquello de que todos somos filósofos, el Partido Príncipe, la nueva lectura de Maquiavelo, los intelectuales orgánicos infiltrados en los medios de comunicación. Lo llamaron eurocomunismo.
Llevan tres meses de asambleas, se organizan contra la corrupción y el secuestro de la democracia. Han finalizado la primera tanda de votaciones directas de la Asamblea Ciudadana. Hay portales de votaciones, asambleas de plaza, mensajes de texto, movilizaciones por teléfono. El pueblo, como sujeto de derechos; el círculo es la nueva ágora; la política, como ética frente a las actividades mafiosas de los partidos.
Muy bonito, pero yo creo que ni la ética ni el regeneracionismo fueron nunca una fuerza revolucionaria. Eso es cosa de krausistas y profesores. Gramsci era un bolchevique. Con la ética, el piñón vuelve a caberles por el culo.
Isabel San Sebastián (ABC) describe la relación entre Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero como la del bueno y el malo, similar a la que mantuvieron Felipe González y Alfonso Guerra, aunque no cita a éstos.
Monedero hace el papel de «malo» con tanta credibilidad como la que proyecta Pablo en su condición de buen chico, educado, demócrata, azote de la casta corrupta… e idéntico peligro. Porque lo que son, lo que representan y lo que pretenden hacer si es que llegan a conquistar el «cielo» del poder es sumamente peligroso: un liberticidio.
La semana pasada, Juan Manuel de Prada (ABC) citaba al pensador reaccionario español Juan Donoso Cortés para arremeter contra el liberalismo. Hoy recurre a Dostoievsky. ¿Y de qué son culpables los liberales? De haber engendrado a los comunistas, es decir, a Podemos.
No hay tabarra tan jeremíaca como la que nos endosan esos imbéciles con mando en plaza que se rasgan las vestiduras ante el ascenso del gallardo mancebo de la coleta. Y, cuando les preguntan por las razones de ese ascenso, esos imbéciles siempre nos dicen las mismas mamarrachadas campanudas: que si la corrupción política, que si la crisis económica, que si patatín, que si patatán. Naturalmente, todos estos plañidos y melindres no son sino aspavientos con los que tratan de ocultar la razón verdadera; pues a nadie le gusta declararse padre de un hijo crapuloso. Pero basta leer Los demonios, la novela en la que Dostoievsky profetiza la emergencia del comunismo, para entender el ascenso del gallardo mancebo de la coleta.
En Los demonios, el gran maestro ruso certifica su ruptura con «esos liberales en pantuflas» que lo habían encandilado en la juventud, «esos miopes que engatusan al pueblo sin entenderlo», a los que considera padres del nihilismo.
LOSANTOS ACUSA A HACIENDA DE CONSENTIR EL SAQUEO DE LAS CAJAS
Sobre las cajas de ahorro tenemos dos columnas que además ilustran dos maneras de acercarse al escándalo.
Federico Jiménez Losantos (El Mundo) se refiere a todas las cajas de ahorros y a la negligencia de Hacienda y del Banco de España ante el saqueo realizado durante años y años.
En el Nazarín de Galdós me he tropezado con dos términos escapados del diccionario y de la memoria que parecen encargados para bautizar este tiempo de confusiones: «caifases», gente del ramo de la Justicia que se tenía por adicta a la prevaricación, y «Ocultaciones», uno de los Negociados del Ministerio de Hacienda, que se encargaba de los fraudes fiscales, de la ocultación de ganancias o fortunas.
No conozco un solo caso en el que Hacienda haya hecho una de esas inspecciones fiscales que, a modo de carnicería, practican esos bravos inspectores cuyo celo depredatorio excita Herodes Antiparras Montoro. Nueve cajas arrejuntó en Bankia el Caifás del Banco de España, MAFO. Todas hozaban en sus tarjetas y en Caja Madrid hay 86 nazarenos azotados ante la opinión pública.
¿Hay -insisto- una inspección a un solo mandamás de las Cajas que desmienta que Hacienda autorizó y ocultó el saqueo? Otro escándalo: los caifases de Hacienda dicen a los caifases de Anticorrupción que las facturas Urdanga-Borbón son falsas pero desgravan. ¿Quiénes son más caifases?
En cambio, David Trueba (El País) corrobora el sectarismo de la izquierda: habla únicamente de Caja Madrid y atribuye lo ocurrido en Bankia ¡a Cristóbal Montoro, que no era ministro ni gobernador del Banco de España cuando se constituye el banco-caja y se realiza la OPV!
Telecinco inauguró un programa de tertulia política en la noche del sábado para competir con el espacio de cinco horas en La Sexta. El título,’Un tiempo nuevo’, delata la obsesión por convencer a la clientela de que, ahora sí, llega la regeneración. El primer invitado fue el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Y, con ser una elección muy acertada, no se evita la certeza malsana. Ministro ya en tiempos de Aznar, bajo su vigilancia fiscal se cometieron las mayores tropelías financieras. El manejo político de Caja Madrid es solo una punta de alfiler. Basta asombrarse de que la sede central del partido se reformara con 1,7 millones de euros en dinero negro para sospechar que se defraudaba desde el centro mismo del poder.
David, majete, que cuando Bankia salió a bolsa gobernaban los tuyos, los del PSOE: Zapatero, Elena Salgado, Miguel Ángel Fernández Ordóñez…
El hartazgo del pueblo con la impunidad de los corruptos lleva a que Ángela Vallvey (La Razón) haga la siguiente propuesta en su columna:
Entre beneficios penitenciarios, buena conducta, rebajas de pena por estudios y demás, un día salen a la calle, cumplida ya su «deuda con la sociedad», donde les está esperando el dineral que le han afanado al contribuyente español. ¿Nadie se acuerda de Luis Roldán? ¿Dónde está el dinero que saqueó…? Creo, pues, que la pena más justa para el corrompido es que devuelva lo robado, embargándolo a perpetuidad si es preciso. Como decía Madariaga, la cárcel más incómoda y triste es la de la pobreza. Habría que condenar a los sociópatas corruptos a ser pobres de por vida.
Ya sabemos lo que responderán los adalides progresistas, como Cristina Almeida y Juan Alberto Belloch: la reinserción social del delincuente es prioritaria.
ALMUDENA GRANDES CORRIGE A MANUEL VALLS
Alfonso Ussía (La Razón) escribe sobre el complejo de inferioridad de la derecha española ante la izquierda y para demostrar que el asunto viene de lejos recuerda el discurso de José María Pemán en el banquete de bodas del infante Juan de Borbón con su prima en Roma, en octubre de 1935.
Es el dilema al que nos ha llevado en la actualidad la permisividad, el perdón acomplejado a los terroristas, la amnistía acomplejada a los sindicatos, el abandono acomplejado de los principios y valores de las fuerzas conservadoras, que aún con mayoría absoluta en el Congreso y el Senado, sostienen a un Gobierno acomplejado que carece de doctrina, principios y valores. España es la que está en juego, señores. Ya no es Pemán el que habla sino un mero observador de la actualidad el que lo escribe. Y todo es consecuencia del atosigante, ridículo y taimado complejo de inferioridad de quienes no tendrían que padecerlo.
Las cosas no cambian, ¿verdad? El complejo va a cumplir un siglo.
Sin embargo, Almudena Grandes (El País) cree que es la izquierda la que está siendo vencida al aceptar el discurso económico dominante.
Manuel Valls, primer ministro francés, ha advertido que la izquierda puede morir si no se reinventa. (…) un líder socialista que pretende reinventar su partido integrándolo en un bloque liderado históricamente por sus enemigos acérrimos. Reinventemos la izquierda, pero hagámoslo desde la premisa de que sólo existe una política económica y no tenemos más remedio que aplicarla. ¿Qué haría hervir de indignación la sangre de nuestros abuelos? Desde luego, pero vivimos en otros tiempos y es preciso pagar el precio de la modernidad, ¿o qué queréis, que gobierne la extrema derecha? Esto es lo que pretende decir Valls en realidad y con eso, desde luego, no puedo estar de acuerdo, así que voy a hacer mi propia aportación. Si la izquierda no se reinventa, puede morir. Si dejamos que la reinventen ciertos líderes del socialismo europeo, morirá con toda seguridad.
Pero, ¿cuál es la alternativa?, ¿más gasto público?, ¿más impuestos a las clases medias?
Francesc-Marc Álvaro (La Vanguardia) es el autor de la columna ridícula del día. En la suya nos presenta a Mariano Rajoy controlado desde la sombra por José María Aznar.
Todos compramos una frase atribuida a Rajoy sobre la primera parte del proceso soberanista, que resumía su actitud ante la revuelta que fue cogiendo cuerpo a partir de la Diada de 2012: «Si me muevo, me matan». Eso significaba que el presidente del Gobierno no estaba dispuesto a ofrecer ninguna alternativa «moderada» para desactivar el creciente independentismo, algo que ponía de los nervios a los partidarios de la tercera vía y que era observado con desconfianza por los sectores más duros de la derecha, léase la FAES y otros entornos partidarios de la mano dura.
Un amigo con contactos de alto nivel en Madrid me asegura que Rajoy no tendrá más remedio que impugnar el nuevo 9N ante el TC porque «si ahora no se mueve, lo matarán». No puede ir a las elecciones como el líder goleado y humillado por Mas y el soberanismo, y menos cuando la pérdida de la mayoría absoluta está cantada. El gallego es prisionero, más que nunca, de quien le hizo sucesor a dedo.
Este chico, que parece Pilar Rahola con barba debido a sus pensamientos de bombero y su entusiasmo por Artur Mas, no se ha enterado de que Rajoy, apodado ‘el Pontevedro’, no rinde cuenta a nadie, porque se ha cepillado a todos los que tenía alrededor. Que se lo pregunten a Esperanza Aguirre, Rodrigo Rato, Jaime Mayor Oreja, Luis Bárcenas, Alejo Vidal-Quadras…